CARAVINAGRE
IRUÑEA
Elkarrizketa
HEMINGWAY

«Lo que más me gusta de las fiestas es el garrafón»

Últimamente se le ve poco alternar por la vieja Iruñea.

Estoy muerto.

Empezamos bien. A ver: usted es, con mucho, quien más ha contribuido a la internacionalización de la fiesta. ¿Qué es lo que más le atrajo?

Como yo soy yanki, lo que me fascinó fue la Euskola. Le da mil vueltas a las marcas de allá. Recuerdo el primer día que fui a las txosnas en 1923 y me dejaron amorrarme a un tirador de kalimotxo de esos que venía la Coca Cola y la cerveza en polvo. Abrí la boca como un pollo de golondrina y tragué y tragué. Ambrosía pura. Luego ya, cuando me puse a escribir el libro, me entró un poco la vergüenza y metí unas páginas del encierro y los toros, pero fue por tirarme el moco de bohemio y tal. A mí, lo que más me gusta de San Fermín es el garrafón.

¿Se imaginaba usted que luego vendrían tantos guiris siguiendo sus pasos?

Dejé de venir en 1936 por la guerra. Me tiré 22 años sin pisar las fiestas, por miedo a que los fascistas me metieran al trullo. Cuando volví eran un asco ya, con guiris por todas partes. Y encima todos los fachas querían sacarse fotos conmigo en plan colegas. Cuando me dieron el Nobel, todo fue a peor. Por lo del chiste.

¿Qué es lo que le contaban?

Es que yo soy de Kansas. Y claro, la gente me entraba todo pedo y me decía: «¿A que no sabes en qué se parece Kansas a una silla? Pues que en Kansas está Kansas City y una silla está por City Kansas».

Tuvo que ser duro.

Insufrible. Y en estas llegó 1961, con “Quisiera ser” de canción del verano. Me dije: «Antes que volver a Iruñea, me pego un tiro». Y... pues eso.