Raimundo Fitero
DE REOJO

20 años

En la mente de los seres humanos se guardan imágenes grabadas de manera indeleble. En la delegación de “Egin” de Iruñea, tras la última corrida de su feria taurina, Laurelito Txiki, cronista taurino fue el último que salió de aquella bonita redacción y administración. En un bar cercano esperaban otros colegas. Para quienes conocen un poco los sanfermines se sabe que después del pobre de mí, empiezan unas horas frenéticas, donde los camareros se van liberando, hay una ruta medio secreta de garitos abiertos.  A la mañana siguiente me despertó mi padre diciéndome que pasaba algo en “Egin”. Mi resaca era monumental. No le di crédito, hasta que insistió en que había entrado la Policía. A partir de ahí las imágenes se me amontonan, encuentro frente a la delegación, precauciones para viajar hasta Hernani, asamblea en una campa al lado del edifico de “Egin” y, en mi memoria, una de las reacciones más valientes, inteligentes, solidarias de resistencia jamás conocida. Al día siguiente sacamos un periódico. Es un decir. Y desde ese momento se fraguó este “Gara”. Discrepo en que no fuera una garzonada. Fue el agente intelectual y el práctico. Obviamente con todos los aparatos del Estado detrás, pero él estuvo allí, con doscientos cincuenta policías y lo primero que hicieron fue dejar inutilizada la rotativa. Iban a por ello. Después vino una historia larga. Un desastre de instrucción, daños insufribles a la dirección, procesos amañados, pero aquí estamos, y cuando he visto a Salutregi en la foto, me he emocionado. Hace mucho que no le doy un abrazo.

Veinte años de acoso y abuso judicial. Todos los que seguimos vivos tenemos veinte años más. Nada es igual que entonces, pero debemos estar orgullosos de lo que se consiguió colectivamente para seguir con un grupo de comunicación fuera de las garras del mercado.