Nairo Quintana dio al Movistar ayer su primera victoria en este Tour en la llegada inédita al col de Portet tras atacar desde el inicio del final en alto más duro de esta edición, superar a todos los corredores que marchaban por delante y resistir las aceleraciones en un grupo de favoritos en el que Geraint Thomas confirmó que es el más fuerte. Chris Froome perdió tiempo y asumió tras la etapa que el galés es el líder del Tour... y del Sky.

El Movistar encontró el premio a una estrategia que muchas veces resultaba difícil de entender en la etapa más especial, con solo 65 kilómetros y 3.100 metros de desnivel. Ayer también hubo un momento en el que trabajó en el pelotón cuando Alejandro Valverde era el mejor colocado en la general de los corredores que marchaban por delante para dar continuidad a la aceleración del Ag2r, pero en el ciclismo y en el deporte las estrategias las hacen buenas o malas los resultados y el de ayer fue su mejor día en el Tour desde que Ion Izagirre ganó su etapa en Morzine en 2016.

Nairo Quintana logró su segunda victoria en el Tour cinco años después de la lograda en su prometedor debut de 2013 en Le Semnoz por delante de Chris Froome. Además subió a la quinta plaza en la general y el Movistar se aseguró la clasificación colectiva al aventajar ya en 24 minutos al Bahrain. No es lo que nadie habría firmado en el equipo al comienzo del Tour, pero después del mal rendimiento de los Alpes es un alivio.

La nota negativa del equipo la protagonizó Mikel Landa porque no estuvo a la altura de los seis corredores que le han superado hasta el momento en el Tour. Se quedó con Chris Froome y Egan Bernal cuando Dumoulin y Roglic intentaron distanciarle y perdió dos plazas en la general, al superarle Quintana y Kruijswijk. Sí se vio beneficiado por el minuto perdido por Bardet, que endureció la carrera para atacar y fue el primero de los favoritos en descolgarse.

Se cerró el debate

Después se quedó Chris Froome, que perdió 48 segundos en meta y cuatro de bonificación con Thomas, del que queda ya a 2:31 en la general. Además Dumoulin le aventaja en 32 segundos y Roglic se ha acercado a solo dieciséis de la tercera plaza que ocupa en estos momentos.

Tras ese resultado Froome trasmitió que Thomas es el líder del equipo y dijo que estará feliz de verle en lo más alto del podio de París. Ayer la estrategia del ciclista inglés era la de responder a los ataques de Roglic y dejar a Thomas que siguiera la rueda de Dumoulin. Así, tras un primer ataque del esloveno al que respondió Froome, Thomas y sus compañeros del Sky dejaron a Dumoulin el trabajo.

Pero cuando atacaron en los últimos kilómetros Roglic y Dumoulin, Froome quedó descolgado y fue Thomas el que no tuvo problemas para responder a todas las aceleraciones. Además reiteró que era el más fuerte como lo ha hecho en todo momento hasta ahora. Queda una etapa de alta montaña el viernes con el Tourmalet y el Aubisque y una crono el sábado en Euskal Herria, pero con la fortaleza que han demostrado el galés y su equipo es difícil imaginar otro ganador el domingo en París.

 

Pau ofrece la penúltima opción a los velocistas

El Tour tendrá una jornada de transición entre las etapas de alta montaña de Pirineos entre Triu sur Baise y Pau, con 171 kilómetros y solo dos cotas de Cuarta en su recorrido, la última la de Anos (2,1 kms. al 4,6%) a 19 de meta. Un recorrido que ofrece una opción de llegada al sprint a los pocos velocistas que siguen en la carrera si la escapada del día no lo evita.

Peter Sagan, ganador de tres etapas en este Tour, se cayó ayer en la bajada de Val Louron Azet y subió al podio muy magullado tras llegar a meta en las últimas posiciones acompañado por dos compañeros de equipo. También Démare consiguió llegar al col de Portet dentro del tiempo sin ayuda de compañeros tras quedar descolgado desde la salida.

El que no pudo tomar la salida fue Philippe Gilbert, capaz de acabar la etapa del martes con una fractura en la rotula izquierda al caerse en el Portet d’Aspet a 65 kilómetros por un precipicio de cuatro metros. J.I.