Jon ORMAZABAL
Pelota

El campeón fuerza a Aimar a sacar la bandera blanca

Tras el 4-4, Jokin Altuna desarboló al goizuetarra, que se vino abajo y no encontró ninguna respuesta.

ALTUNA III 22

OLAIZOLA II 5


Otra vez con el Ogeta gasteiztarra como escenario, 14 años después de aquel recordado 22-1 que le infligió Martínez de Irujo en la liguilla de semifinales del primer Manomanista del de Ibero, Aimar Olaizola volvió a mostrar la bandera blanca de rendición como casi nunca se ha visto obligado en su carrera profesional, ante la manifiesta superioridad de su rival. Aquella derrota ante su alter ego supuso un punto de inflexión en su carrera, la espita que le llevó, a su entender un poco tarde, a cambiar su forma de jugar el mano a mano, ante la irrupción del «revolucionario» Irujo, mientras que la de ayer no es sino la constatación de que un nuevo tiempo se ha instalado en la mano profesional, con Jokin Altuna como máximo referente.

En plenas facultades físicas, el pelotari que sigue tirando del carro de Asegarce década y media después, encontró la forma de reconvertirse, de olvidarse de jugar a bote y empezar a jugar a esa nueva moda de jugar a pelota, cuando menos, tan bien como los insurrectos. Y así, aunque ha tenido derrotas, el 22-11 que Julen Retegi le endosó en cuartos de final de 2014 ha sido la derrota más abultada que ha sufrido en competición oficial, hasta que Jokin Altuna se ha cruzado en su camino.

Sin respuesta

Y es que el de Goizueta se ha encontrado con una especie de horma de su zapato; un campeón que no tiene nada que envidiarle en el aspecto técnico, que posee una templanza en la cancha impropia de sus 22 años, una defensa sin envidia a la suya, recursos a raudales... y claro, salvo que el amezketarra, por lo que sea, que no suele suceder, tenga el día cruzado, esos 16 años menos se terminan notando, más en condiciones extremas como las de ayer.

Al contrario de lo que pueda parecer mirando al marcador, la revancha tuvo un inicio duro y equilibrado, con tantos peloteados hasta el 4-4. No hubiese sido la primera vez que, ante rivales más poderosos, el de Goizueta endureciera el partido hasta que el rival cayera, pero ayer fue él el que maduró como esa pieza de fruta que pasa de verde a excesivamente fructosa en horas.

Primero, desperdició oportunidades como si el instinto le hubiera abandonado de repente y, a poco que Altuna comenzó a ajustar su saque, le tocó andar de recadista de un lado al otro de la exigente cancha del Ogeta, sin encontrar la forma de escapar al sometimiento de un Altuna de menos a más, que incluso mostró frescura en su volea a pesar de la acumulación de esfuerzos y que le obligó a un sometimiento como (casi) nadie hasta ahora.

Aspe también apunta al torneo

Con horario nocturno, la final se disputará el jueves por la tarde y en caso de que la cosa funcione la feria del año que viene puede ser enteramente vespertina, arranca esta noche el torneo de parejas de La Blanca, con una semifinal en la que al menos tres de los cuatro protagonistas –Larunbe, Ezkurdia y Rezusta– buscarán resarcirse de las derrotas cosechadas el año pasado.

En principio, Ezkurdia-Rezusta parten como claros favoritos ante Artola-Larunbe, pero los de Aspe también llegaron de ganar en San Fermín el año pasado y cayeron con estrépito (22-11) ante Altuna-Zabaleta, a la postre campeones.

Larunbe, por su parte, hizo pareja con Aimar Olaizola, pero cayeron 22-14 ante Urrutikoetxea-Albisu. Hoy, el extraordinario momento de forma que ha vuelto a coger Rezusta hace que los pronósticos apunten a los colorados en lo que será todo un examen de altura para Iñaki Artola.J.O.