Beñat Zaldua
Periodista
IKUSMIRA

80 millones en monedas de cinco céntimos

Si pones «80 millones de euros» en Google aparecen un montón de cosas interesantes para hacer, todas ellas más útiles o divertidas que comprar un jugador de fútbol. Desde una reforma del campus de Leioa, a un paseo espacial de la mano de los rusos.

Nos hemos vuelto locos, y lo de Kepa no es más que el último ejemplo del diagnóstico. En el verano de 2017 los fichajes realizados en las cinco mayores ligas del mundo llegaron a los 5.900 millones de euros, un 41% más que un año antes. Habrá que ver las cifras que deje este verano, pero el mundial de Rusia avanza algo: si en el torneo jugado en Brasil en 2014 el valor acumulado de los cerca de 700 jugadores era de 6.300 millones de euros, este año esa cifra la alcanzaban solo los 100 jugadores más caros. Si entre ellos formasen un país, superarían el PIB de 46 Estados, según cifras del Banco Mundial.

Y eso que hablamos del valor de mercado que el CIES Football Observatory calcula a los jugadores. Porque según este organismo, los traspasos suelen estar un 30% por encima de dicho valor de mercado. Si esto no es una burbuja que venga el publicista de Freixenet y lo vea.

No sé cómo se arregla el despropósito, pero podríamos empezar por obligar a fichar en monedas de cinco céntimos. Imagínenlo, 80 millones en roñosas monedas recubiertas de cobre. Quizá así nos daríamos cuenta de las cantidades de las que hablamos. Claro que igual no habría monedas para tanto millón virtual. Es lo que tienen las burbujas, un día te dicen que la CAN vale 1.250 millones de euros y, tan solo tres años después Caixabank paga 150 por ella. Casi dos Kepas.