Jakes PARROU
DONOSTIA
A VISTA DE CATALEJO

Competencia competencia, ayer en el bule . ASTE NAGUSIA

Digo yo que los tiburones capitalistas de la CNMC, esos linces que tienen el ojo avizor en Donostia y amenazan con liarla parda con el recursito de marras, podían haberse pasado la tarde de ayer por el Bulebar y aledaños. Porque competencia, lo que se dice competencia, es lo de nuestro variado arranque festivo, y lo demás, ganas de tocar las narices. Y es que ¿hay algo que no esté por duplicado esta tarde de sábado de agosto? ¿En qué parte del mundo mundial se puede mejorar y ampliar la oferta? ¿Y cuánto de caro se pone pillar un metro libre entre Okendo y el puerto, de la Parte Vieja a Alderdi Eder? Ya me estáis sacando cuentas, listillos del «superregulador».

Empezamos con dos manifas, que las buenas costumbres no deben perderse. Los de la República vasca iban casi a la carrera para que nos los corneasen los antitaurinos que salían tres cuartos de hora después. Seguimos con dos explosiones, también una detrás de otra y a cien metros de distancia; cañonazo va, chupinazo viene. Me dirán pues los de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (pesadito es hasta el nombre) si no son competencia el mostachos de Mokoroa que tanto gusta a la Donostia de bien y los gurasos de Altsasu que han puesto nervis a los de aguafiestas de Madrid. Libre mercado, pues sí.

Hubo humareda igualmente por partida doble; no se había disipado aún el polvo blanco del cañonazo y ya se atisbaba humo morado, el color de las fiestas vascas de este año, en el muelle para recibir a Matti y Ezkila Kapitaina. También gigantes en legítima competencia: los de Itzurun más ponpoxos, pero los hankapalus piratas bien voluntariosos. Los Bebés de la Bulla sonaban a un lado del Bulebar mientras en el contrario atronaba la batukada. Y hasta en 31 de Agosto había competencia, en hacer el bruto: mientras al norte, en la Trini, algunos se dejaban el lomo levantando el pedrusco de Igeldo, al otro se alzaba vidrio y se llenaban panzas sin mucho miramiento, que para eso estamos ya en fiestas.