Pello Guerra
Periodista
IKUSMIRA

No se fueron, siempre han estado ahí

Volvieron a la palestra cuando Mola y Sanjurjo fueron desalojados del Monumento a los Caídos de Iruñea, y de nuevo enseñan la patita ante la salida de Franco del Valle de los Caídos. Durante años parecía que los seguidores del franquismo habían desaparecido, reconvertidos en demócratas de toda la vida, pero de eso nada de nada. Simplemente no tenían que hacer acto de presencia porque no les hacía falta. El dictador había dejado todo «atado y bien atado» y tras una apresurada reconversión a raíz de la muerte de su querido ‘caudillo’, permanecían tranquilos, ya que la situación seguía a su gusto.

Pero, aunque ha costado cuarenta años, por fin aparecen administraciones dispuestas a poner las cosas en su sitio. Primero fue el Ayuntamiento de Iruñea, que decidió poner fin al sitial reverencial del que disfrutaban en la ciudad varios fascistas. Y siguiendo el camino abierto en Nafarroa, ahora le toca el turno al ‘generalísimo’ de los golpistas.

Más vale tarde que nunca y además con el aliciente de quitar la careta a aquellos que siguen defendiendo la masacre que perpetraron esos militares hace 80 años. De hecho, otros uniformados les han respaldado públicamente y un tribunal ha dictado que Sanjurjo regrese a su tumba honorífica de Iruñea.

En Alemania, tras la caída de Hitler, tuvo lugar un proceso de desnazificación para intentar erradicar, con mayor o menor éxito, el fascismo de su sociedad. Pero en el Estado no ocurrió algo parecido. Así que, en realidad, nunca se fueron, siempre han estado ahí y regresan con ganas.