Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Mentes poderosas»

La rebeldía generacional como pura ciencia-ficción

La rebeldía generacional ya no forma parte de la vida real como en los años 50, sino que ha pasado a alimentar el género fantástico para adolescentes, por eso aparece asociado a la ciencia-ficción y al futurismo distópico. La industria de Hollywood cree haber encontrado un filón en la literatura que el mercado anglosajón denomina “young adult”, pero no todos los ciclos literarios que son llevados a la pantalla grande cumpliendo dicha premisa funcionan en la taquilla mundial. La Fox ha invertido 34 millones, que no deja de ser una cantidad media en los Estados Unidos, en la adaptación de la primera de las novelas de Alexandra Bracken que componen la colección “The Darkest Minds”, pero de momento no parece que la recaudación sea suficiente de cara a la deseada continuidad como nueva franquicia.

La realizadora de origen coreano Jennifer Yuh Nelson supo llegar al público infantil y al familiar con la segunda y tercera partes de la producción animada “Kung Fu Panda”, pero al pasarse a la acción real no logra conectar del mismo modo con la audiencia adolescente. La verdad es que poco puede hacer con un producto que es puro diseño de marketing, y cuyo mayor problema una vez más es el ser políticamente correcto para contentar a toda la demografía incluida en la franja de edad escogida. A los chicos se les de las dosis justas de acción, mientras que a las chicas se les dedica el romance de la heroína (Amandla Stenberg) con el guaperas del grupo rebelde (Harris Dickinson). Por lo tanto, es como mezclar “Los juegos del hambre” con “Crepúsculo”.

Hay muchas más similitudes con otras franquicias, sobre todo con “X-Men”, a cuenta de que estos jóvenes rebeldes tienen poderes mentales, por ser supervivientes de una pandemia de gran mortandad infantil. Las autoridades clasifican su graduación por colores, un poco como las alertas metereológicas que van del naranja al rojo.