M.C.
Música contemporánea

Insectos y monstruitos

El segundo concierto del Ciclo de Música Contemporánea, que tenía como protagonistas a los jóvenes miembros del Cosmos Quartet y a la también joven pianista Noelia Rodríguez, comenzó con un estreno absoluto de Raquel García-Tomás, “Così mostraste a lei i vivi ardori miei”, un ejemplo de los peores monstruos que puede arrojar el posmodernismo pasado de rosca de algunos jóvenes compositores actuales.

Partiendo de fragmentos de música de Monteverdi, la partitura se dedicaba a aplicar distorsiones –tímbricas, de afinación y otros efectos– y a romper y trocear el material original, sin objetivo claro. La pieza se salvó porque estaba magníficamente escrita y el Cosmos la defendió con convencimiento, pero el concepto era tan frívolo que ni la autora debió de darle importancia, ya que ni siquiera estaba presente en el estreno. La pieza de Mikel Urquiza, “Cinco sólidos perfectos y una mariposa”, fue harina de otro costal. A lo largo de sus cinco movimientos, que presenta cada uno un concepto geométrico junto a un insecto, Urquiza despliega todo tipo de recursos instrumentales sorprendentes, pero atándolos con maestría en su desarrollo formal. Era una obra larga y compleja, pero que logró atrapar la atención del público gracias a una inteligente organización del tiempo y del drama interno, y gracias también al nada disimulado sentimiento de diversión que transmitía.

El Cosmos Quartet y Rodiles interpretaron la obra de Urquiza con virtuosismo, conocimiento del lenguaje contemporáneo y habilidad en las técnicas extendidas, pero la magia se rompió con la última obra del programa.

Fue un error programar el “Quinteto op. 57” de Shostakovich, para empezar porque no encajaba en el ciclo y, sobre todo, porque dejó ver las costuras del Cosmos, que evidenció cierta inmadurez como cuarteto, más aún tras haber tenido al Cuarteto Gerhard en el mismo escenario dos días antes.