No es la primera vez que el cineasta británico Michael Radford se acerca a la música como lenguaje universal que es, porque ya su primera realización profesional fue el documental “Van Morrison in Ireland” (1980), y más recientemente se acercó a una de las figuras más carismáticas y peculiares del jazz moderno en el documental “Michael Petrucciani” (2011). Pero en su retrato del tenor italiano Andrea Bocelli se decanta ahora por la ficción, y más en concreto por el biopic musical concebido como historia de superación. Un terreno abonado al tópico, que sumado a los últimos esfuerzos fallidos de Radford por recuperar su prestigio perdido con conflictivas coproducciones como “La mula” (2013), complican su momento actual alejado del éxito internacional de “El cartero” (1994), también rodada en Italia.

“La musica del silenzio” se centra en las dificultades que en su infancia Amos Bardi tuvo que superar al agravarse su ceguera parcial de nacimiento por un balonazo en la cara jugando con otros niños. Su refugio fue entonces el canto, y trabajando su voz lo indecible llegaría a convertirse en el célebre tenor Andrea Bocelli, que en la pantalla es interpretado por el actor televisivo Toby Sebastian.