R.S.
DONOSTIA
MIGRANTES EN EUSKAL HERRIA

Las 213 plazas oficiales de acogida a migrantes, cada vez más insuficientes

El dispositivo oficial organizado por instituciones y Cruz Roja ha atendido en estos dos meses a 3.204 migrantes, en un flujo que crece de forma clara como muestra que la pasada semana fueron 481. La insuficiencia de las 213 plazas dispuestas es patente. En Bilbo la iniciativa ciudadana está atendiendo a más gente en Santutxu que este sistema.

El sistema público de asistencia a migrantes en tránsito por la CAV (Lakua, diputaciones, ayuntamientos y Cruz Roja) revela cada más claramente sus insuficiencias. Se implantó oficialmente el 28 de junio, apenas una semana después del episodio de la descoordinación producida a la llegada de un autobús de la estación de Donostia que sacó a la luz la existencia de este flujo de personas, pero es en las últimas semanas cuando se están ofreciendo datos exhaustivos de su dimensión. Los últimos, difundidos ayer desde el Departamento de Políticas Sociales de Lakua, afirman que la pasada semana se atendió en los centros de Bilbo, Gasteiz, Donostia e Irun a 481 personas en 213 plazas preparadas para ello.

Desde esta instancia se remarca que la mayoría solo pernoctan ahí una noche, dado que una gran parte –aunque no todos– van hacia al norte de Europa, por lo que teóricamente no hay un problema de saturación con excepción de momentos concretos.

Sin embargo, llama la atención que en Bilbo en el centro oficial atendido por Cruz Roja haya habilitadas 88 plazas mientras que la iniciativa ciudadana, radicada primero en Bilbao la Vieja y ahora en el centro Karmela de Santutxu, algunos días haya ofrecido alimentación y pernocta a hasta cerca de 150.

En el desayuno solidario realizado anteayer en Bilbo por segundo domingo consecutivo, Javi Seco, de la iniciativa Barrios de Acogida, indicaba que «cuando nosotros empezamos haciendo esta labor atendíamos a alrededor de 40 personas y hoy día estamos acogiendo a más de 150 e incluso más».

Solo 261 noches repetidas

Unos días después de anunciarse la próxima apertura de un nuevo centro en Bilbo (aún sin sede ni fecha) para asistir a grupos de inmigrantes en situación de especial precariedad (enfermos, embarazadas, mujeres con niños pequeños a su cargo...), Lakua precisa que el sistema de atención en la CAV incluye en la actualidad las 88 plazas citadas de Bilbo, otras 35 en Gasteiz, 30 en Donostia y 60 en Irun (en este caso en unas escuelas que en principio deben liberarse ya por el inicio del curso).

En todos esos puntos, según da a conocer la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia, se asistió la pasada semana a 481 personas, sumando los siete días de la semana.

Como es sabido –y denunciado–, este sistema público fija un tope de estancia de tres días, ampliable a cinco en ciertos casos, si bien ahora se matiza que en casos de especial gravedad como los antes reseñados este periodo se suele ampliar.

Según se explica en la nota de ayer, en total esta red pública ha atendido en los dos meses transcurridos desde el 28 de junio a 3.204 migrantes que han realizado un total de 3.465 pernoctaciones. Ello remarca el mensaje de que son muy pocos los que repiten noche en esas instalaciones, lo que puede ocurrir bien porque siguen viaje o porque optan por otras posibilidades de acogida.

Entre medio no han faltado situaciones absurdas como la producida en Irun en la noche del sábado 11, cuando se denunció que 25 personas tuvieron que dormir en la calle mientras en el albergue de Martindozenea 35 camas permanecían vacías. Se achacó a la obligación de abandonar el local al haberse agotado ya las tres noches.

De Irun a Bilbo

En este caso de Irun, uno de los problemas notorios estriba en que muchos migrantes no logran pasar la muga con éxito y son capturados y devueltos «en caliente» por la Gendarmería, con lo que ya no vuelven al sistema de acogida oficial sino que deambulan en busca de solución por zonas como la estación de tren o bien intentan el salto de frontera desde otros puntos.

En estos últimos días parece estarse produciendo también una acumulación mayor en la zona de Bilbo que en Irun, atribuida a la que presión policial no deja de incrementarse en torno a esta frontera, no solo en dirección sur-norte sino también en la contraria.

Por todos estos motivos, los datos oficiales seguramente se quedan muy cortos a la hora de establecer la fotografía real de la situación. Por ejemplo, en un antiguo gaztetxe de Irun se está alimentando a decenas de migrantes que no se incluyen en la estadística pública, que hablaba ayer de 2.687 vales de comida repartidos (matizando que «se han sustanciado en 1.906) o de 400 vales de ropa de los que se han ejecutado 306.

La nota de la viceconsejera añade que a estas personas se les facilita alojamiento, comida, bebida y atención sanitaria, además de conexión comunicativa a través de redes wifi y de asesoramiento.

Junto a todo ello, el Departamento explica que continúa celebrando reuniones semanales en la Mesa de Coordinación junto a las tres diputaciones forales; los ayuntamientos de Bilbo, Donostia, Gasteiz e Irun; y las organizaciones Cruz Roja Euskadi, Harresiak Apurtuz, Caritas y CEAR. Explica que el objetivo de estos encuentros es analizar y optimizar la gestión de los servicios temporales de acogida de emergencia. De ahí salió por ejemplo la decisión de implantar un nuevo centro en Bilbo, anunciada la pasada semana por Josu Erkoreka.

 

En Nafarroa no existe nada específico para el tránsito

Nafarroa tiene muga con el Estado francés, pero parece estar fuera de la ruta «oficial» de los inmigrantes en tránsito hacia el norte de Europa. Al menos, eso se desprende del relato que hace el responsable de Cruz Roja en Nafarroa, Juanjo San Martín. «Aquí para el tránsito no hay nada específico», explica. Tras contactar con el Gobierno navarro, este remite a esta institución para conocer los detalles del tratamiento a estas personas, pues Cruz Roja es quien ejecuta los programas para los solicitantes de protección internacional.

«Aquí no tenemos un dispositivo concreto para este problemática, como sí existe en Bilbao o Irun», prosigue San Martín. Las personas en esta situación en Nafarroa obtienen la ayuda al uso para los migrantes sin hogar dentro del programa marco. Principalmente, cuentan con el programa de primera acogida, que es el que tiene una tramitación más rápida. No obstante, el programa es antiguo y las plazas son limitadas. Concretamente, Cruz Roja dispone de 30 y hay saturación. «Muchas veces se ocupan al 100%», confirma el coordinador.

Al estar Cruz Roja al cargo de las personas en esta situación en el Estado, se actúa de forma organizada, explica San Martín. En cuestión de días volverá a celebrarse una reunión con el Gobierno «para analizar estos flujos». Además, desde la institución afirman que están en un contacto permanente con la Dirección General de Inclusión del Gobierno navarro.

«Que yo sepa, aquí no hay otra cosa que la acogida», confirma Bea Villahizán, de SOS Racismo en Nafarroa. «Además del Protocolo Integral de Mejora de los Procesos de Acogida, que aprobó este Gobierno y es importante, no existe nada. Y lo que les pasa a estas personas es que las plazas de acogida se tardan demasiado en dar», continúa Villahizán. En consecuencia, los migrantes dependen muchas veces de los recursos de los ayuntamientos.

«Muchas veces, por no decirte todas, el acogimiento que se hace es a personas que están en tránsito, que no quieren quedarse aquí», prosigue la portavoz de SOS. Desde esta organización denuncian que existe precariedad de medios con los que atender las necesidades de estas personas. «La vivienda es el primer problema: no hay plazas residenciales ni viviendas de emergencia suficientes».

Villahizán considera que, de producirse una problemática en Nafarroa similar a la que aflora en Irun o Bilbo, «buscaríamos soluciones similares, albergues, etc». Frente a ello, en SOS Racismo insisten en recuperar la idea de poner en marcha planes de acogida «integrales». No basta con prestar ayuda puntual y temporal, «hay que darles oportunidad de integrarse independientemente de que ellos manifiesten que quieren quedarse o no».

La portavoz insiste en que hay un gran desconocimiento de cuántas personas están hoy en Nafarroa en esta situación de tránsito o a dónde quieren ir. «No sabemos con qué recursos se mueven, si duermen en la calle o dónde lo hacen, qué necesitan.... No tenemos los datos y no es bueno, en asuntos que afectan a personas, no tener datos».A.I.