Raimundo Fitero
DE REOJO

Vuelven

Los responsables actuales de TVE pueden asegurar que el fracaso absoluto de la serie “El Continental” es una de las herencias recibidas. Rosa María Matero ha estado brava en su comparecencia ante los políticos de manual de Zipi y Zape. Su actitud ha sido la correcta. Defender sus decisiones, cortar las insinuaciones, mantener el espíritu democrático y de alguna manera retratar a los que hasta hace poco eran los manipuladores del ente público. Esta incalificable serie es bochornosa. Lo ha dicho el jurado popular, las audiencias. Empezó muy mal y en su segunda entrega perdió más de la mitad de telespectadores, colocándose en un porcentaje imposible de sostener. Los archivos están repletos de fracasos. Acabará en algún canal subsidiario o en las madrugadas del próximo verano en el canal internacional.

Las herencias automatizadas van perdiendo interés. Crece el número de herederos que renuncia a lo que le han dejado porque temen no tener el dinero suficiente para pagar las deudas o incluso los impuestos de lo que les ha tocado en el reparto. En el ámbito político las herencias acostumbran a ser casi siempre excusas. O denuncias. O herencias impropias. Las hemerotecas, los archivos del No-Do y de las televisiones, junto a la fonoteca de Villarejo, nos pueden marcar el pulso de este otoño. La amiga Lola habla con un lenguaje heredado de los bares de barrio. Llamar maricón, con énfasis a Marlasca, ese juez, ahora ministro, con perrita, aunque sea en una cena con pistoleros, marca mucho su talante.

Y no acaba ahí la cosa. En cuatro horas, desmiente, vuelve a desmentir y se desmiente de nuevo sobre Marlasca. Un cadáver político. Decir que prefiere un tribunal de «tíos antes que de tías», es algo que, dicho por su boca de fiscal, suena muy mal. Fatal. Como ministra es insostenible. Vuelven.