Joseba VIVANCO
camino hacia la oficialidad

Victoria en el césped y en la grada

Reivindicaciones de todo tipo en la grada de un entregado Mendizorrotza y victoria solvente en el césped de una Euskal Selekzioa que fue superior a Venezuela. La fiesta, especialmente, en la grada, invita a repetir en Gasteiz.

EUSKAL SELEKZIOA 4

VENEZUELA 2

 

Araban bagare
Gipuzkoan bagera
Ziberun bagire
ta Bizkaian bagara
baita ere Lapurdi ta Nafarran.

Guztiok gara euskaldun
guztiok anaiak gara
nahiz eta hitz ezberdinez
bat bera dugu hizkera.

En un caserío de Olaeta, cerca de Otxandio, quizá al calor de una lumbre, Bittor Kapanaga y Gontzal Mendibil urdieron una letra y una canción que casi medio siglo después, desde aquel 1974 en que cuerdas vocales y de guitarra la forjaron y un año después en las entrañas de Mairulegorreta se escuchó en público por primerez vez, sigue tan vigente como anoche, cuando el bardo de Zeanuri le puso voz y acordes, sobre el césped de Mendizorrotza, a ese ‘‘Bagara’’ ya mítico. Todo un canto simbólico a lo que la corriente de ilusión detrás de esta Euskal Selekzioa quiere ser, porque aún no lo es, pero confía en que pasos como el de ayer lleven a serlo. Bagare, bagera, bagire, bagara... Ofizialtasuna.

Tras los prolegómenos, los respectivos himnos oficiales, intercambio de banderines con Aduriz ejerciendo la capitanía, los seleccionadores José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri pusieron en liza de inicio a su once de gala, y otro tanto por el lado venezolano. Sacó de campo la Euskal Selekzioa y suya y de nadie más fue la pelota hasta ese disparo raso, de pillo, de un entonado Ibai Gómez que puso a la tricolor en ventaja. A partir del gol local, la ‘Vinotinto’ vio herido su orgullo y reaccionó hasta lograr ese empate con el que se llegó al descanso. Una primera mitad en la que el combinado anfitrión se apropió del esférico y sin demasiada velocidad en su juego, casi por inercia, pero con combinaciones cortas y apoyos, encerró a Venezuela en las inmediaciones de su área, al punto que hasta el minuto 15 no logró superar el medio campo rival en una llegada que murió con un centro a las cercanías de un observador Riesgo.

Sin noticias de Aduriz, como tampoco de la estrella venezolada en la MLS estadounidense Josef Martínez, el protagonismo en la primera hora dominada por la selección vasca se lo adjudicaron la dupla Yuri-Ibai Gómez por banda izquierda. El de Santutxu saltó al verde de Mendizorrotza con el gol entre ceja y ceja y no paró hasta lograrlo. A los 43 segundos ya remató fuera mientras el ‘Lepoan hartu...’ resonaba en un pletórico fondo del Polideportivo. Poco después firmó su primer centro con su clásico exterior de la bota. A los seis minutos, de nuevo desde la frontal, disparo colocado para que el arquero Romo se luciera. Tres minutos después, falta ejecutada por el albiazul que se le fue alto. Y en casi todas esas acciones aparecía por allí para combinar o pasar Yuri, que incluso probó de disparo lejano y desviado poco más tarde. Otro golpeo de Ibai alto, los hombres de Rafael Dudamel que ni siquiera sobrepasaban el círculo central y, de nuevo, un enrachado Ibai Gómez que, asistido por Yuri, enviaba un balón ajustado a la madera venezolana.

Tanto iba el cántaro a la fuente que con las manecillas del reloj próximas a la media hora de juego, una falta al borde del área rival iba a refrendar el dominio vasco. Preciosa ejecución del listo de la clase, acariciando raso el balón por debajo de una barrera que salta y el portero ejerce de estatua. Y de fondo, en el horizonte de los ojos de Ibai, la grada del Polideportivo acompañando con palmas, al unísino, ese golpeo de un jugador que está de dulce y es querido por los aficionados. Merecido.

Fue marcar y pasar el control del balón a los contrarios. Seis minutos después, en una arrancada por banda de Peñaranda, el ex del Málaga lo hizo casi todo, cedió en la frontal a Romero que amagó primero, chutó después y Yuri desvió la trayectoria del esférico fuera del alcance de un sorprendido Riesgo. Empate sobrepasada la media hora y de ahí al final, mejor una enrabietada ‘Vinotinto’.

Más entretenida segunda parte

Regusto amargo para los chicos de Amorrortu y Etxarri, y salida en tromba a vuelta de vestuarios. Entraron Serantes, Dani García, Arbilla, Eraso, Sangalli y Bautista, y del toque en corto y lento, se pasó a un juego más vertical y veloz que sorprendió a los sudamericanos. En ocho minutos, primero Bautista, culminando una bonita coreografía ofensiva, y seguido Arbilla enganchando a la red un balón suelto en el área, pusieron el 3-1 para regocijo de una grada que no dejó de animar, cantar y reivindicar. Martin y Yuri se convirtieron por momentos en sendos puñales por sus bandas, un incisivo Sangalli y Williams hicieron migas, Dani García se erigió en capitán del barco, y entregados los fondos del estadio, Mendizorrotza recobró oxígeno... Sopapos en el orgullo venezolano que llevaron a la ‘Vinotinto’ a dar un paso adelante aunque ahora con una iniciativa menos productiva, salvo una atajada de Serantes, y es que los Arbilla y compañía se bastaban para frenarles. Incluso Dani García y Vesga, en sendos disparos fuera por poco, tuvieron en sus botas el cuarto. Se lo reservó Aritz Elustondo, de cabeza al saque de un córner, cuando el akelarre tocaba a su fin. En el 90, Ponce acortó, 4-2, pero no evitó la herida en el orgullo rival. Tal era la fiesta que a las gradas más animosas les dio tiempo para entonar el ‘¿Y Llorente qué?’. También para acordarse de Iñigo Cabacas, de Aitor Zabaleta y de un sinfín de proclamas reivindicativas. Fiesta por todo lo alto en el graderío y victoria solvente sobre el césped, donde la Euskal Selekzioa volvió a dejar constancia de que, aun sin tiempo para conjuntarse, atesora un dignísimo potencial. Había que jugar, y se ha vuelto a jugar. Había que ganar, y se ha vuelto a ganar. Había que reivindicar, y se reivindicó, en la grada y en el campo. ¡Independentzia, independentzia! fue el último grito que se escuchó. Bagare, bagera, bagire, bagara... Izango ote gara?