Koldo CAMPOS
Escritor

El rey de escobas

El rey de España, por mejorar su imagen, desde que supo de las trágicas inundaciones en las Baleares se hizo presente. Lo hizo como siempre, interrumpiendo las labores de limpieza de vecinos y voluntarios que, con sus herramientas de trabajo en las manos, se alinearon en la calle para saludar al monarca en su regio paseo por el medio del desastre. El besamanos real transcurría como estaba previsto hasta que un vecino no quiso limitarse al saludo y le ofreció al rey de España el escobón. Desconcertado, el monarca no sabía qué hacer. ¿Se lo daba para que lo usara o como recuerdo de su visita? Pudo haber aceptado el escobón para apoyarlo sobre su hombro como si fuera una escopeta con que cazar elefantes, o sostenerlo sobre la palma de la mano y exhibir su vertical destreza y equilibrio para gozo de los más pequeños, o convocar un urgente consejo de ministros, o improvisar un discurso navideño... pero el rey, que se agarra al protocolo como un borbón al trono, prosiguió su desfile intercambiando saludos y manos entre quienes esperaban volver al trabajo. Para su fortuna, nadie más insistió en ofrecerle un rastrillo o una pala. Todo quedó en nada. Otro súbdito que «consigue un minuto de gloria».

(Euskal presoak Euskal Herrira/ Llibertat presos politics/ Altsasukoak aske)