Veintiún años llevan siete trabajadores de la Unidad de Atención Primaria (PAC) de Osakidetza de Sestao advirtiendo por diferentes vías de las irregularidades cometidas por quien detentó la jefatura del servicio. Cansados de que la situación no se haya resuelto, más bien se haya agravado y hasta hayan sido desautorizados por la dirección, han acudido a la Fiscalía al entender que los hechos que describen son constitutivos de un delito de falsedad en documentos públicos, con perjuicio para las arcas públicas.

Tras años de diferentes requerimientos a la propia Osakidetza, Ararteko e Inspección de Trabajo sin resultado, el grupo de trabajadores del PAC de Sestao ha interpuesto una denuncia ante la Fiscalía. La gerencia de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) de Barakaldo-Sestao siempre ha negado las «graves irregularidades», incluso cuando estas personas anunciaron en junio pasado que iban a ponerlas en conocimiento del Ministerio Público.

En la denuncia detallan que, desde 1997 a enero de 2017, el responsable del PAC cometió diversas irregularidades, como compaginar su empleo público con otros en ámbitos privados a pesar de percibir un plus de dedicación especial o no trabajar la jornada laboral que tenía fijada. Aportan detalles del modo de actuar de quien ejerció la jefatura, defendiendo que los hechos son constitutivos de un delito de falsedad en documentos públicos, «al hacer constar en los calendarios laborales días y horas que no han sido efectivamente trabajadas –denuncian–, al objeto de percibir importes y pluses que de otra forma no le hubieran correspondido».

Por todo ello, médicos, enfermeros, auxiliares administrativos, celadores y conductores que conforman este grupo solicitan que se abra una investigación judicial y se demande a Osakidetza toda la información relacionada con la denuncia al objeto de aclarar lo sucedido en el PAC de Sestao.

Advierten de que cuando llega una nueva persona a la jefatura «las irregularidades denunciadas persisten», encontrándose con problemas para desempeñar su trabajo. Alertan también de que han tratado de sancionarles por haber censurado esas prácticas.