Raimundo Fitero
DE REOJO

Boomerang

De niño, de joven, casi de adulto, una de mis frustraciones era no saber cómo lanzar un boomerang para que me volviera a la mano, tal como veía en las películas y los reportajes televisivos en blanco y negro. Hoy sigo sin lograr esa lucha entre la física y la metafísica. Incluso tengo serias dificultades para introducir el concepto dentro de una metáfora política, deportiva o cultural. Me deja más tranquilo lo de escupir al cielo. 

Lo de “Salvados” del domingo tiene mucha miga. Esté uno de acuerdo o no con lo que se ofreció, lo cierto es que fue una entrega muy trabajada. El aniversario de la proclamación fugaz de la República Catalana, vista con distancia es un cúmulo de contradicciones, provocaciones y desgaste de confianza. El expredient Mas sigue siendo un misterio al descubierto.

Pero salió Pablo Casado en “El Objetivo” para demostrar que es una suerte de Lopetegui de la banda de Aznar. ¿Llegará a las municipales y autonómicas? Crecen las dudas. Es muy flojo, interior y exteriormente. No tiene fuste, es banal, sin guía ni apuntador comete todos los errores de manual frente a Ana Pastor, se desmorona. Es un fake líder. Una mentira con corte de pelo a navaja, una cosa antigua con sonrisa forzada y rictus de idiota con soberbia inoculada por transfusión de caspa. Primer fracaso Andalucía. Lo del comisario plenipotenciario José Villarejo empieza a ser troncal. Sus grabaciones explican el pasado con oscura claridad, comprometen el presente y condicionan el futuro. Casado enmudece al demostrarse que la investigación de la Gürtel estuvo bajo control policial y chivatazos, que Cospedal recibió clandestinamente a Villarejo en la sede de la banda de Génova, en la planta noble y su marido comoinche del comisario y hablan de un “nosotros” inclusivo en la misma banda. Y mismo bando. Boomer.