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NOUMEA

Kanaky, una nación resistente que vota el referéndum de independencia

Tras largas décadas de resistencia y autoafirmación ante el colonialismo francés, Kanaky-Nueva Caledonia vota mañana el referéndum sobre la independencia. Una vez ganado el derecho a decidir, y superadas las diferencias sobre el censo, aunque las encuestas apuntan a una clara victoria del «no», existe la posibilidad de repetir dos veces en los próximos cuatro años un referéndum que, por otra parte, no despejará del todo qué ocurrirá el día después.

Situada a 17.000 kilómetros de París, en el Pacífico sur, al este de Australia, el norte de Nueva Zelanda y el oeste de las Islas Fidji, Kanaky-Nueva Caledonia ha sido desde 1853 un territorio francés de ultramar, la joya de la corona del proyecto colonial francés en el Pacífico. París deportó a miles de presos políticos y comunes, que contribuyeron a construir casas y carreteras, y terminaron por desposeer de sus tierras a la población indígena y a encerrarla en reservas.

Las revueltas kanakys, minorizados ya demográficamente, se han sucedido desde entonces. Las tensiones llegaron a su punto de coagulación en los años 80, con la toma de rehenes de Ouvea y las posterior represión a sangre y fuego desatada por París (21 muertos), y se convirtió en casi una guerra civil.

En 1988, independentistas y unionistas firmaron los acuerdos de Matignon (aprobado en referéndum por un 72% de la población) que preveían un referéndum de independencia que, finalmente, 30 años después, se celebra mañana. Casi 175.000 votantes están llamados a las urnas para responder a la pregunta de «¿Quiéres que Kanaky-Nueva Caledonia acceda a la plena soberanía y se convierta en independiente?».

«Nación sí, Estado no»

La familia independentista, con 25 electos sobre 54 en la Asamblea de Nueva Caledonia, dominada por el FLNKS que apuesta por el «sí» para «terminar con una lucha que dura 164 años» ha visto como ciertos sectores minoritarios han realizado un llamamiento a la «no participación masiva» y han llamado a los kanakos a «jugar a la petanca e ir a pescar el domingo».

Por contra, los unionistas, con mayoría en la Asamblea y todas las encuestas a su favor, se muestran confiados y llenan el archipiélago con lemas como «Francia es una oportunidad» o «Por una Nueva Caledonia dentro de Francia y en paz». Su principal argumento ha sido el del miedo, el de la inviabilidad económica del proyecto independentista, la imposibilidad de ser competitivos y mantener los salarios relativamente elevados y comparables a los europeos si se aprueba la independencia.

No obstante, preocupados con que el «no» atice tensiones, los unionistas anuncian su disposición a construir la «nación» kanaky si los independentistas dejan de aspirar a construir un «Estado independiente».

Si gana el «no» unionista, dos nuevos referéndums a la vista

«¿Quiéres que Kanaky-Nueva Caledonia acceda a la plena soberanía y se convierta en independiente?». Las encuestas previas al referéndum de mañana sugieren que una mayoría –entre un 69% y un 75%– de las 175.000 personas llamadas a votar optará por el «no». El sur de la isla, particularmente la capital Noumea y sus alrededores, con una concentración de dos tercios de la población total, particularmente de europeos, con rentas más altas y formas de vida afrancesadas, será un bastión unionista. El norte y las pequeñas islas, con mayoría de población kanak, votará «sí» a la independencia.

La pregunta de qué pasará el día después seguirá en el aire. El país seguirá dividido entre dos comunidades de culturas diferentes y una historia de conflicto violento. Los diferentes argumentos, las diferentes agendas seguirán ahí. No obstante, si se confirman las escuetas, Kanaky tendrá la oportunidad de realizar dos nuevos referéndums en los próximos cuatro años.GARA