Raimundo Fitero
DE REOJO

Rosalía

Una cantante y actriz catalana que fusiona el flamenco-pop y las músicas urbanas se ha convertido en apenas tres o cuatro canciones, una magnífica gestión de las redes y un carisma incomparable, en una diva que va camino de convertirse en universal. Se llama Rosalía Vila y ha desatado polémicas porque nadie quiere admitirla en su tribu. Les recuerdo su ficha: catalana, que canta un flamenquito muy popero con sintetizadores y palmas con aire caribeño y se viste de una manera especial, despierta sospechas en todos los ámbitos. La pureza se encarama en forma de prejuicios. Lo que le anuncia una fantástica manera de triunfar por su calidad y su forma de llegar a múltiples sectores que no se andan identificando con nada más que aquello que se le ofrezca comprensible y que les llegue.

Hace unos días ofreció un concierto no anunciado en Madrid, y se llenó de tal manera que se cortó el tráfico. Un acto casi clandestino que se vuelve masivo. Sus vídeos son excelentes. Visiono mientras escribo el de “Malamente”, una de sus canciones, y tiene más de veintiún millones de visualizaciones. Hagan cuentas. Sus canciones escritas por ella son muy especiales. Tocan la fibra por su preciosa voz. Son estructuras nada comunes. Es, ya, un fenómeno global. Se la compara en los medios de comunicación estadounidenses, con Madonna. Y es de un pueblo catalán de nombre Sant Esteve de Sasrovires. Bajo Llobregat.

Otra catalana joven de las que, según Zipi y Zape, ha sido mutilada en la escuela y no le enseñaron el español, canta un flamenco posmoderno magnífico. Y sabe catalán. Y ha hecho teatro en catalán. Y sabe inglés, y triunfa en el mundo entero. Su mestizaje es genuino, orgánico. Les recomiendo a los mayores de veinte años que se empapen de Rosalía que es lo que viene y es muy bueno.