Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

En el fútbol y en la política

El serbio Nemajda Matic se suma al irlandés James McClean negándose a lucir el «poppy» en recuerdo a los soldados ingleses caídos.

El irlandés James McClean se acercó a la grada a regalar la camiseta del Stoke City que acababa de sudar en el empate a cero ante el Middlesbrough, en la Segunda inglesa, cuando varios de los seguidores del equipo la tomaron con el de Derry. La razón, más que sabida, desde siempre se niega a portar en la solapa la conocida amapola en recuerdo a los soldados ingleses muertos. Y este año su gesto tampoco iba a pasar desapercibido, como desde que juega en las máximas categorías. La jornada liguera del ‘poppy’ en la Premier es un clásico en estas fechas, y McClean no se arredra. El símbolo surgió del poema de guerra ‘‘In Flanders Fields’’, en el que esta flor del sueño y el consuelo crece sobre las tumbas de los soldados caídos. Él lo tiene muy claro, como aclaraba en una entrevista tiempo atrás: «Si representase a los caídos en las dos Guerras Mundiales, la llevaría sin problema. Pero representa todos los conflictos en los que Gran Bretaña ha estado involucrada. Por la historia detrás de Derry, no puedo portar algo que simbolice eso». El Domingo Sangriento de 1972 sigue en la memoria reciente de demasiados de sus compatriotas. No es plato de buen gusto para el futbolista del Stoke, un ídolo con la República de Irlanda con la que juega y no con Irlanda del Norte, que incluso en 2013, en un encuentro amistoso, llegó a dar la espalda al ‘‘Good save The Queen’’.

Pero la novedad este año, insultos que se repiten al margen, ha sido que otro jugador de la Premier disputó su partido sin portar la amapola en su camiseta. Lo hizo la temporada pasada, no en esta. Hablamos del serbio del Manchester United Nemanja Matic, por la participación del Reino Unido en los bombardeos de la OTAN, sobre su país, incluido su pueblo, durante la Guerra de los Balcanes de 1999.

Los Red Devils de Jose Mourinho, séptimos, volvieron a ganar y parece que encarrilan una buena racha de resultados a la estela de un Tottenham que marca la línea Champions. Los Spurs de Mauricio Pochettino también vencieron con gol incluido del brasileño Lucas Moura, que hace unas fechas se declaró abiertamente a favor del ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de su país.

Su candidatura recibió el respaldo de conocidos deportistas, incluso de clubes como el Atlético Paranaense; en respuesta a este último posicionamiento, el Esporte Clube Bahía, de la ciudad de Salvador de Bahía y donde el Partido de los Trabajadores de Lula sacó más votos, jugó esta semana con el nombre en su camiseta de veinte negros y negras que forjaron la historia de Brasil, entre ellos Moa do Katende, prestigioso compositor y maestro de la capoeira, recientemente asesinado; Zumbi de Palmares, líder antiesclavista descendiente de negros africanos; Maria Felipa, pescadora y líder en la guerra de independiencia; o Dandara, una histórica guerrera negra del periodo colonial. Por cierto, el Paranaense de Bolsonaro perdió en el último minuto y de penalti inexistente.

Por menos de lo esperado perdieron los kanaks que votaron el domingo a favor de la independencia y entre quienes defendieron el sí a desligarse de la República Francesa estuvo el conocido exfutbolista Christian Karembeu, cuyo abuelo fue mostrado durante meses en una jaula, como si de un caníbal se tratara, en la Exposition Coloniale celebrada en 1931 en París dentro del zoológico humano que incluía originarios de aquella colonia de ultramar. El libro ‘‘Cannibale’’, obra de Didier Daeninckx, documenta aquel detestable ‘circo’. «Fue difícil defender a Francia con orgullo y representar a un país que había matado a familiares y amigos», ha reconocido el ex del Real Madrid coincidiendo con dicho referéndum. El explorador James Cook, en 1774, fue el primer blanco que arribó a la isla, la costa le recordó a Escocia, tierra de su padre, y utilizó el nombre romano de ésta para bautizarla; Más tarde, Napoleón III quería un territorio virgen donde instalar un presidio y se apropió del territorio en 1853. Hoy, Karembeu recordaba a la Metrópoli que durante años se ha extraido todo el niquel de la isla pero esa riqueza no ha retornado.

El partido de todos los partidos

Aunque para diferencias irreconciliables la del clásico de los clásicos, Boca Juniors-River Plate que se verán las caras en la final de la Copa Libertadores, por primera vez en su historia. Nada más clasificarse para esta cita histórica, los conatos de violencia ya han empezado a desatarse entre hinchas de uno y otro, incluso entre familias. El lunes, el presidente de los ‘Millonarios’ dio lectura a un mensaje de paz abrazado a un seguidor xeneize. El sábado será el partido de ida, el primer cara a cara entre dos clubes que se conocen como pocos, un duelo que fue catalogado como uno de los cincuenta eventos deportivos dignos de ser vistos in situ antes de pasar a una mejor vida... Imagínense cómo será esta finalísima a doble partido en la que es tanto el deasogiego que le antecede que en el momento de la clasificación muchos querían que su equipo hubiese caido en semifinales antes que tener que vérselas en la final con el ‘enemigo’, y todo al anteponer el pavor ante una derrota por encima de la ilusión de una victoria.

La enconada rivalidad tiene un origen: el barrio. River Plate nació en La Boca, en las afueras de la Capital Federal, el 25 de mayo de 1901, Boca Juniors vio la luz allí también pero cuatro años después, el 3 de abril de 1905, producto del deseo de un grupo de inmigrantes de crear su propio club del fútbol. El poderío económico de River frente al arraigo boquense al barrio es lo que comenzó a distanciarles y lo que derivó en este superclásico que ‘‘The Mirror’’ lo calificó como el más feroz del mundo. «River y Boca jugarán la final más grande de todos los tiempos. No hay en la historia del fútbol mundial un partido similar. No hace falta buscar en los libros. Si alguna vez se hubiese jugado algo como esto, todos lo recordaríamos», lo describen los compañeros de la revista argentina ‘‘Un Caño’’. Seguramente, como defienden, más allá de los adjetivos bélicos que se le otorguen, «un premio –al fútbol argentino– a sus más de cien años compitiendo en los primeros planos mundiales, a su aporte eterno para la grandeza del juego más popular del mundo».

Bielsa, líder; el St.Pauli, segundo

Un argentino ilustre como Marcelo Bielsa, rosarino como Leo Messi y de Newell’s hasta la médula, lo verá desde lo más alto de la clasificación en la segunda división inglesa, tras un nuevo triunfo que le aúpa en la tabla y acrecienta la leyenda del ‘Loco’ más loco. Como gana enteros la simpatía hacia el icónico St.Pauli, que por un día lideró la tabla de la segunda división alemana a la espera de un Colonia-Hamburgo, dos fundadores de la Bundesliga venidos a menos, subcampeón de la UEFA, uno, y campeón de Europa, el otro, que se saldó a favor de los ‘Dinosaurios’, los nuevos líderes.

En el fútbol germano, además de otro tropiezo del Bayern, que empató en casa con el Friburgo, los elogios son para un peruano, Claudio Pizarro, eterno, que si la jornada anterior se convertía en el segundo jugador mayor de 40 años en marcar en la historia de la Bundesliga, en esta, era el primero el anotar dos goles en el mismo encuentro cumplida esa edad, algo inédito también en la liga italiana y con dos casos únicos en la española e inglesa: Donato y Sheringham. Y si Pizarro hace bueno aquello que decía don Santiago Bernabéu, de que no hay jugadores viejos ni jóvenes, sino buenos o malos, en el clásico del fútbol paraguayo entre Olimpia y Cerro Porteño, un niño llamado Fernando Ovelar marcaba gol con 14 años y 302 días; solo hay constancia de un caso más precoz, el del armenio Armen Ghazaryan, que anotó con el Shirak-Lori en 2002, con solo 14 años y 215 días.

Meter un gol lo puede meter cualquiera. Eso sí, «sería muy difícil elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Universo. Afortunadamente, he podido hacer ambas». Firmado: George Best. The Best.