Arturo Puente
Periodista
JO PUNTUA

El legislador dormido

Pedro Sánchez tomó este jueves la primera decisión digna de tal nombre como presidente, cuando aprobó un real decreto para hacer que el impuesto sobre los actos jurídicos documentados, el llamado impuesto de las hipotecas, lo paguen a partir de ahora los bancos y no los ciudadanos. El contenido de la decisión a duras penas llega a prudente, porque en nada afecta a los miles de millones ahorrados hasta ahora a las entidades. Pero al menos es una decisión.

Sorprende que tras una moción de censura en la que se demostró que había una mayoría absoluta posible para quitar el control de la instituciones al bloque de la derecha, el legislador haya seguido tan dormido como lo estaba desde 2015. La Ley Mordaza sigue como estaba, la reforma laboral ni siquiera se ha revertido hasta el del todo insuficiente punto en el que la dejó el Gobierno de Zapatero. ¿Alguien recuerda que Sánchez anunció una reforma de la Constitución para eliminar los aforamientos? Se ha esfumado. Franco también iba a dejar el Valle de los Caídos en verano, pero no nos dijeron de qué año.

Sorprende, o quizás no sorprende tanto. Cabe recordar que Sánchez accedió al Gobierno sin ninguna agenda concreta, ni propia ni pactada con Podemos, ni mucho menos con los partidos catalanes y vascos. Así, tener el Congreso prácticamente inoperante convierte una legislatura que el PSOE quiere estirar hasta el final en una campaña electoral constante con una sola línea argumental: ¿Quieres medidas? Dame más apoyo.

Dada la hambruna de medidas por la que pasa Podemos, el grupo se ha convertido en el principal interesado en que Sánchez apruebe alguna cosa. En el marco de la negociación presupuestaria Sánchez e Iglesias incluyeron medidas que nada tienen que ver con las cuentas, como la subida del salario o la regulación del alquiler y, así, la formación morada se ha convertido en el mejor vendedor de los presupuestos de un Gobierno del que no forma parte. Del sueño en el que está sumido el Congreso no salen monstruos pero sí trampas casi perfectas.