GARA
LUXENBURGO

El rechazo de Kiev, la UE y EEUU no impide que Donetsk y Lugansk vayan a las urnas

Los habitantes de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk votaron en unos comicios tildados de «ilegítimas» por Kiev y la UE. «Están organizadas bajo la metralletas rusas en un territorio ocupado» por Rusia, dijo el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko.

Las autoproclamadas repúblicas de Donetsk (DNR) y Lugansk (LNR), en el este de Ucrania, celebraron ayer elecciones locales a la sombra de un conflicto que ha acabado con la vida de más de 10.000 personas, según la ONU, y ha empeorado las relaciones entre Ucrania y Rusia.

Kiev y sus aliados internacionales condenaron estas elecciones como una farsa manipulada por las autoridades rusas. EEUU instó a los votantes a boicotear las elecciones.

«Estas elecciones en particular son una burla de la idea de elecciones genuinas que deben celebrarse», sostuvo Kurt Volker, enviado especial de Washington al conflicto de Ucrania.

«Están bajo condiciones de ocupación, donde no hay libertad de expresión, libertad de movimiento, libertad de campaña y, por lo tanto, en general, no hay libertad de elección para las personas que eligen a los candidatos para puestos de liderazgo locales», añadió.

En el centro de Donetsk, más de diez militares encapuchados y armados con fusiles Kalachnikov vigilaban los colegios electorales donde debía votar Denis Pushilin, jefe interino de la DNR tras la muerte el pasado mes de agosto en atentado de su predecesor, Alexander Zakharchenko.

Ocho países europeos –Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Italia, Holanda, Polonia y Suecia– habían instado a Rusia a «recurrir a su influencia» para impedir la celebración de estas elecciones.

El sábado por la noche, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, declaró que «están organizadas bajo la metralletas rusas en un territorio ocupado» por Rusia. La Cancillería ucraniana pidió nuevas sanciones contra Moscú por «patrocinar» estos comicios.

«Llamamos a la comunidad internacional a reforzar la presión política y económica sobre el Kremlin e imponer nuevas sanciones contra el Estado ocupante y los individuos que participaron directamente en la organización de estas elecciones ficticias», señaló en un comunicado. Acusó a Rusia de violar los Acuerdos de Minsk, así como las normas internacionales y la legislación ucraniana

Moscú, por su parte, aseguró que esas elecciones «no tienen ninguna relación» con lo firmado en Minsk: «La gente simplemente necesita vivir y asegurar el orden en su región», afirmó la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, aludiendo además a la «necesidad de llenar el vacío de poder».