Hace ya varios años, una visita del Bidasoa al pabellón de La Albericia de Santander solía ser preludio de un duelo en el que todo podía pasar. Aquellos míticos partidos contra el Teka tenían el común denominador de ser durísimos, tanto por la calidad del rival como por lo mucho que apretaba la grada. Aunque los tiempos han cambiado, la vista que el conjunto de Irun rinde esta tarde a las 18.00 a Santander sigue manteniendo el sabor de aquellos duelos.

En efecto, Bidasoa-Irun ocupa la segunda plaza de la Liga Asobal, y eso que debe jugar con las bajas de Crowley y Rudi Sery. Cierto es también que el Blendio Sinfin, nomenclatura actual del cuadro cántabro, mira más hacia abajo, al ubicarse en undécima posición; La Albericia sigue siendo una pista difícil, toda vez que el último triunfo guipuzcoano allá data de la campaña 2016/17, con 22-29.

«Vamos a la pista de uno de los mejores equipos en casa. Con un partido menos es octavo en esa clasificación y si nos gana podría ponerse quinto en la tabla. Es un equipo duro y rocoso en defensa que saca mucho partido de sus puntos fuertes», advertía en la rueda de prensa previa el técnico Jacobo Cuétara.

Bidasoa-Irun espera mantener su buena racha y buscará la cuarta victoria consecutiva para seguir siendo segundo en solitario. En todo caso, también lo será en caso de empate, mientras que si pierde, compartirá esa plaza con Granollers y Ademar León, que ya han jugado sus partidos correspondientes a la décima jornada entre semana.

Proclamado como equipo revelación, Bidasoa-Irun aspira a colarse en la Copa Asobal para lo que debe terminar la primera vuelta entre los cuatro primeros, por lo que no debe dejar escapar ningún punto.

«Para mantenernos arriba hay que ganar estos partidos. Ademar León, Granollers o Logroño van a perder pocos encuentros de este tipo», añadía Cuétara.

Por ende, mal haría Bidasoa-Irun creyéndose ganador antes de hora sobre su rival de esta tarde, que de los cuatro partidos disputados esta temporada en su feudo se ha impuesto en tres –Valladolid, Alcobendas y Puente Genil– y solo ha perdido el primero –Cangas de Morrazo–.