Joseba Ezkurdia se mostró «emocionado» por ganar su segunda txapela en apenas un año, y hacerlo en Nafarroa, fruto de su crecimiento mental y físico sobre la cancha. «Sabía que tenía que llevar la iniciativa y darle la máxima velocidad posible. Era consciente de que si cruzaba bien con la derecha, le iba a hacer daño. Además, me he recuperado muy bien en los tantos más duros», destacó el pelotari de Arbizu. Y también cuando Altuna protagonizó el revolcón del 8-14 al 15-14. «Incluso cuando me ha hecho esa tacada, me sentía tranquilo y con confianza, consciente de que debía hacer las cosas bien», aseguró.

El título ponía la guinda a «un campeonato muy completo, en el que, conforme avanzaba, me he encontrado con más chispa y confianza», sabedor el de la Sakana que «tenía que dejar todo en la cancha, en un frontón duro y difícil como es este, sobre todo ante un pelotari como Jokin, que te hace un tanto de la nada».

El viernes comienza el Parejas y se le interpeló sobre si espera mantener el mismo nivel. «Tengo que seguir a lo mío, ahora mismo me encuentro muy cómodo en el frontón y tengo que seguir trabajando al máximo porque la competencia es muy dura. Si se me permite la expresión, he dado un puñetazo en la mesa después de recibir muchos palos. Quiero darle continuidad a ser tan competitivo».

Dio las gracias al apoyo recibido desde las gradas –«se me ha puesto la carne de gallina por el recibimiento»– y a todos sus más allegados, destacando el ambiente «muy sano» que se había producido en el Navarra Arena. «Me siento muy querido por todos ellos», indicó un Ezkurdia que reveló que será su amatxo la encargada de colocar la txapela en su casa. «Hay sitio para más», comentó entre risas.