La agenda de Liz Quintana apenas tiene hueco para atendernos en vísperas del Día Internacional contra la Violencia Machista, aunque el trabajo de esta asesora jurídica de la asociación Argitan la ocupa realmente los 365 días del año. Y lo hace con compromiso y dedicación, pese a no ser sencillo acompañar a las mujeres en su salida de entornos de violencia. Más si cabe cuando el sistema y los cauces legales se convierten, en muchos casos, en muros infranqueables «El mensaje oficial y la realidad chocan. No tienen nada que ver», expresa.

La trayectoria de Argitan es larga, lleva más de 20 años asesorando a mujeres en diferentes aspectos, porque según destaca Quintana la desigualdad y la violencia tienen diferentes caras. Así, la mayoría de consultas en la asociación de Barakaldo se centran en tres ámbitos: problemas en el marco de la pareja, conflictos en el entorno laboral y casos de violencia machista. En ocasiones, las casuísticas se entrecruzan y a lo largo del proceso iniciado por otro tipo de cuestiones se acaba detectando la existencia de violencia. Y es que, relata Quintana, denunciar no es sencillo. Requiere preparación por parte de la víctima y sentirse acompañada resulta esencial. Por ello, incide en la importancia de respetar la decisión de las mujeres y nunca forzar una situación. «Cuando se sienta preparada, llegará», señala.

Una carrera de fondo no exenta de obstáculos. Así podría definirse lo que enfrentan las mujeres que denuncian. Entre las principales dificultades, Quintana menciona la precariedad tras romper una relación muchas veces dependiente económicamente, la lucha interna y la culpabilización por la decisión de acabar con esa relación o las graves carencias del sistema judicial y de asistencia social. «Los juzgados de violencia de género están saturados, no hay formación específica... En este contexto, las víctimas se encuentran con que el aparato de apoyo falla o no se cumple con lo que prometen las campañas. Y eso a menudo las lleva a renunciar», explica esta procuradora.

El fracaso de las medidas de protección o la falta de implantación de las mismas es una de las cuestiones que más preocupa. Quintana destaca, por un lado, que en demasiadas ocasiones no han sido freno para los agresores: «Las mujeres mueren igual igual». Junto a ello, denuncia que, cuando no se cuestiona la denuncia de las víctimas, esa protección pone la carga en las mujeres. Por ello aboga por mejorar la evaluación de riesgos para intervenir ante el mínimo indicio y repensar cómo tienen que ser esos mecanismos. Una tarea que requiere un ejercicio previo: cambiar la mirada y la mentalidad frente a la desigualdad que perpetúa la violencia machista.

Críticas al último fallo del tribunal DE «lA MANADA», que pasa a ser firme

La Sección Segunda de la Audiencia de Nafarroa, que sentenció a «La Manada», declaró ayer firme la resolución que condena a 10 meses y 15 días de cárcel por «maltrato ocasional» a un hombre acusado de tentativa de homicidio por atacar a su esposa con un cuchillo y tratar de estrangularla delante de sus hijos de 3 y 6 años. Ha pasado a definitiva al no haber sido recurrida ni por la Fiscalía ni por la acusación particular. El polémico fallo fue rechazado payer or el Gobierno de Nafarroa, el Ayuntamiento de Iruñea y el Ejecutivo español, que alertaron del retroceso que supone. La fiscal jefe de Sala de Violencia sobre la Mujer del Supremo, Pilar Martín, consideró negativo «dar tanta publicidad» a «una excepción».I.O.

NOLA BABESTU LEGEAK HUTS EGITEN DUENEAN

Emakumeei aholkularitza ematen dieten taldeen lana ezinbestekoa egin da, indarkeria matxista kasuetan hartutako erabakiengatik Justizia auzitan dagoen honetan. Argitan elkarteak 20 urtetik gora darama horretan, trabaz betea egoten den ibilbide malkartsu batean babesa eskainiz. Fokua babes neurrien gainean jarrita, maiz huts egiten dutela ohartarazten du. Beste hainbatetan aldiz, biktima auzitan jarri eta babes hori ukatzen zaio. Egoera irauli beharra dagoela uste du, ideiak errotik aldatuz.