«Yo no soy Josu Urrutia»
El candidato «oficialista» Uribe-Echevarría insiste en marcar distancias sobre el de Lekeitio y avanza que para él «no hay líneas rojas».

La maquinaria electoral para que Alberto Uribe-Echevarría sea el futuro presidente del Athletic ha entrado en ebullición. El acto de inauguración de su oficina, en Colón de Larreategui, y el abanico de personalidades de que se rodeó el aspirante en su estreno público fue fiel reflejo de que el poder fáctico vizcaino con domicilio en Sabin Etxea ha puesto toda la carne en el asador para que el excontador de la anterior Junta Directiva sea el relevo del anterior presidente, del que su previsible sustituto marcó nítidas distancias en sus primeras palabras ante la prensa y allegados. «Yo no soy Josu Urrutia», toda una declaración de intenciones de quien rechazó de manera reiterada que la suya sea una alternativa continuista más allá de una gestión económica y unos avales que seguirán la senda marcada estos últimos siete años y medio.
Alberto Uribe-Echevarría tiene claro qué perfil debe mostrar para salvar las reticencias que haya podido generar estos años en ciertos sectores la figura del de Lekeitio, asegura estar abierto a la inclusión de personas con visiones distintas del club –caso de Mario Fernández hijo y sin descartar para nada a Athletic Indartu, que debate estos días su siguiente paso–, a la crítica, por de pronto no «marca líneas rojas» en ningún debate y mucho menos en cuanto a fichajes –¿y Llorente qué?–, y ni siquiera descarta, a priori, que pudiera haber una confluencia final de candidaturas en alusión a la de Aitor Elizegi, todo en aras de ese objetivo no escrito de que no haya elecciones. Es más, Uribe-Echevarría declaró que los debates públicos solo «generan crispación, división, me gustaría que fuera una campaña lo más elegante posible, lo más de bajo perfil posible, porque es lo mejor para el Athletic».
Concurrida puesta de largo de la candidatura ‘oficialista’ donde se dieron cita no solo simpatizantes del candidato sino rostros sobradamente conocidos como los de los expresidente José María Arrate y José Julián Lertxundi; el exdiputado general Josu Bergara; el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza; el presidente de la Federación Bizkaia de Fútbol, Iñaki Gómez Mardones, o el que fuera galeno del último Athletic campeón, Ángel Gorostidi. «Estamos sobrepasados, tanta animación y amigos», subrayó el protagonista del día, rodeado de los miembros de una plancha que no tendrá menos de 17 integrantes, con lo que faltaría desvelar el nombre de cuatro más.
Uribe-Echevarría no negó que le hubiera costado dar el paso, que había personas tan preparadas como él para hacerlo, pero justificó su posibilidad de dedicarse «no a tiempo completo, sino a vida completa» al club, como la razón última para ser el elegido. «Si el corazón manda, la cabeza obedece», zanjó. Responsabilidad, ilusión y experiencia, tres pilares de su paso al frente.
Abierto a fichar en invierno
Y esa misma cabeza es la que le aconseja tomar distancias con respecto a Josu Urrutia, como dejó entrever casi en cada frase de su declaración de intenciones. «Yo no soy continuista de nadie, a Josu le quiero mucho y la historia le juzgará como un gran presidente, pero yo soy yo, tengo mi forma de ser y pensar, sé qué teclas hay que tocar y cuáles aflojar, y lo haré desde mi talante, no tengo líneas rojas, el Athletic somos todos para mí».
No se detuvo en sus sibilinas diferencias. «Se me da bien liderar personas y grupos, tengo un talante normal, conciliador, me gusta hablar con todos, escuchar a todos, me gustan las críticas, las acepto y las valoro, estamos muy abiertos a escuchar cosas, y hemos incorporado a gente de otras visiones e ideas nuevas», prosiguió, para defender de manera enérgica la «potente» economía del club, con hincapié en que «tenemos una mochila de 300 millones que podemos emplear para el Athletic –los demás, no–, y es una ventaja que nos da la Ley».
No tiene líneas rojas. Ni para fichar en enero –«no hay cuestiones del pasado que nos condicionen»–, ni para descartar la confluencia de corrientes.
Elizegi admite que no sabe si logrará las firmas
Primera aparición oficial de Aitor Elizegi, en su sede, bar Bascook (Barroeta Aldamar, 8), en la que postergó cualquier avance de su programa para el día 8, siempre y cuando consiga las firmas necesarias. «No sé si seré candidato, está siendo difícil», admitió. Critica que «esta idea de club no es la soñada hace 120 años». Luis JAUREGIALTZO | FOKU

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