Gloria REKARTE
Expresa

Catalina de Foix

Me preguntaba cómo iban a hacer los españolistas navarros, autodenominados «regionalistas», que queda mejor, para vapulear la decisión del Ayuntamiento de Iruñea de cambiar el nombre de la actual Avenida del Ejército por el de una figura tan importante en el devenir y la historia de Navarra como Catalina de Foix sin dejarse la máscara en el intento. Pues fácil: desempolvando lo de ETA-Batasuna. No sé cómo no se me había ocurrido. Cambiar el nombre de una calle que fue aprobado por el pleno del Ayuntamiento para honrar al Ejército español en 1963, cuando los plenos eran tan democráticos como las honras, por el de la última reina de Navarra, es una obsesión batasuna, una estrategia antiforal y una muestra de ideología nacionalista radical. De kale borroka no dicen nada. Raro, sí.

Al hilo del tema del cambio de nombre, un conocido medio digital, muy «regionalista» también, publica una brevísima, diminuta, semblanza de Catalina de Foix: «fue desalojada del trono navarro en 1512 cuando Fernando el Católico propició el cambio dinástico a su favor». Fíjense ustedes qué finura: nada de invasión ni conquista; sólo un «quita, haz el favor, que voy yo». No se puede borrar más, ni mejor. Iba a decir «¡pobre Catalina!». Pero pobre, pobre, es la historia que nos quieren vender. La de 1512 y la de hoy.