Ramón SOLA
ANDOAIN
INICIATIVA POR LA VERDAD Y LA RECONCILIACIÓN

Andoain comparte memoria desde la empatía y para la convivencia

Andoain es la localidad en que ETA mató a Joseba Pagazaurtundua o José Luis López de Lacalle, pero también parte del «triángulo» en que se cebó la guerra sucia posfranquista, el pueblo de un militante muerto en la Foz de Irunberri o donde se cerró «Egunkaria». Toda esa memoria se ha recopilado y compartido ahora.

Errenteria fue la primera localidad vasca en elaborar una memoria compartida del conflicto, le siguieron Lasarte-Oria y Elgoibar, y ahora se les suma Andoain. Ayer tarde se presentó un informe lanzado por el Ayuntamiento con apoyo de todos sus grupos y elaborado por Argituz, que en realidad matizó que «este es un trabajo de todos» debido a la gran participación en que se basa y el espíritu de empatía que lo alienta. El objetivo final, señaló la alcaldesa Ana Carrere (EH Bildu) en una breve y aplaudida presentación, no es otro que «avanzar también compartidamente».

Aunque no se basten para reflejar el dolor producido por las distintas violencias, los números del informe resultan muy significativos de cómo el conflicto ha golpeado a una localidad como Andoain, de menos de 15.000 habitantes. Se cuentan once víctimas mortales, cinco de ellas producidas por ETA, tres por el BVE o la Triple A y otras tres con diferente catalogación o aún por esclarecer del todo. Ha habido 24 personas heridas de consideración, de ellas 18 por fuerzas policiales. También 78 torturadas, 8 secuestradas, 30 con escolta... Y pudo ser bastante más doloroso dado que se añaden los 13 atentados de ETA o los Comandos Autónomos Anticapitalistas sin provocar daños físicos, 21 parapoliciales también sin consecuencias de este tipo, 126 sabotajes o acciones de kale borroka... Todo ello en un periodo de seis décadas, acotado desde 1956 a 2018, y recogiendo apuntes de vulneraciones de derechos aún vigentes, como el alejamiento de las personas presas.

Cinco andoindarras referenciales del sufrimiento acumulado en el pueblo se prestaron a poner cara y voz a esa realidad a través de un vídeo. Sobresalía en los testimonios la apelación de Mari Paz Artolazabal, viuda de López de Lacalle, a «poner cada uno de nuestro parte», y la paralela de los hermanos de Joxe Ramon Ansa –muerto en atentado de guerra sucia– a «meternos en la piel del otro».

Nerea Amutxastegi, hija de un exconcejal del PSOE que sufrió ataques de kale borroka, propuso que «cada uno lo lea en su casa y haga una pequeña reflexión». Y especialmente «los menores de 40 años que apenas saben de esto», sugieren en el vídeo los Ansa (aunque ciertamente entre los cientos de asistentes a esta presentación predominaban vecinos y vecinas que por su edad sí vivieron directamente todas estas décadas de violencia).

El informe es exhaustivo (casi 300 páginas). Incluye no solo casos y cronologías, sino además testimonios plurales que dan fe del sufrimiento y del enfrentamiento, pero también de las ansias de convivencia.

Como colofón se aportan una serie de sugerencias que ahondan en la necesidad de esclarecer casos pendientes (varias recomendaciones aluden al de la Foz de Irunberri, donde en el cerco de la Guardia Civil murió el andoaindarra Jon Lizarralde), de reconocerse mutuamente, de buscar consensos o de hacer autocrítica.

Desde Argituz se plantea a la Mesa de Convivencia del Ayuntamiento que abra «un proceso de escucha con todas las víctimas», que se fomente la empatía y que en los sitios o eventos de memoria se eviten «tanto nuevas fricciones como agravios». También se asume que esta memoria compartida debe seguir completándose.

«Tenemos que estar todos»

El valor de esta memoria es obviamente su carácter compartido, que rompe las trincheras habituales hasta la fecha, el «mirar hacia otro lado». Y hay un importante impulso participativo detrás, ya que se han llevado a cabo 29 entrevistas de personas que han sufrido violencia de un modo u otro, y se ha recabado el contraste de 21 personas más.

Puede resultar ilustrativo de esta cooperación incipiente lo que manifiesta en el informe Asun Guerra Alonso, exjuntera y exconcejala del PP en Andoain y Urnieta: «Yo creo que mi testimonio, ya no solo como María Asunción Guerra sino que al fin y al cabo represento y estoy aquí por pertenecer a un partido, es importante que figure en este libro si al final queremos que este sea un relato de memoria real. Si queremos que sea real, tenemos que estar todos. Me puede gustar más o menos lo que salga de otros, pero evidentemente si faltamos en ese relato una parte, yo creo que la memoria no es completa».

Otra de las personas invitadas a participar, detalla el informe, afirmó con sinceridad que no se sentía en condiciones de «abrir su ‘humanidad’ a quienes le han hecho sufrir. Pero siendo consciente de ello, quiso abrir una ventana al futuro y a la convivencia por medio de su hija, víctima también. Conocedora de que ella tenía posiciones más abiertas, nos pidió que la entrevistáramos. Y lo hicimos».

Los autores del trabajo pusieron en valor toda esa labor de comunicación para recopilar el material: horas y horas de «escucha, aclaraciones...» buscando siempre el lugar en que a cada víctima le resultara más fácil verbalizar su dolor. Comenzaron por preguntar a cada partido qué esperaba del trabajo. Luego llegó la cronología de los hechos violentos («es increíble cuántas cosas han pasado», lamentaron) y posteriormente su catalogación y la definición de recomendaciones finales. Queda lo realmente trascendetal: que esta labor sirva para conocer la verdad de lo ocurrido y para impulsar un nuevo futuro de convivencia y de soluciones.

ALGUNOS DATOS

11

fallecidos incluye este informe; cinco a manos de ETA, tres del BVE o Triple A y otros tres con otra catalogación o aún por aclarar del todo.

24

personas heridas de consideración, de ellas 18 por las fuerzas policiales.

78

han denunciado haber sufrido torturas o maltratos, sobre un total de 205 detenidas.

8

han sufrido secuestros.

30

han precisado escolta.

13

atentados de ETA y Comandos Autónomos Anticapitalistas sin causar lesiones físicas.

21

también sin daños físicos, de autoría parapolicial.

126

sabotajes de kale borroka.