Álvaro Miranda sostuvo ayer en el interrogatorio de la comisión que la desaparición de la CAN no tuvo nada de particular y que el resto de cajas vascas también han desaparecido para formar un banco. Miranda, como exconsejero de Economía de Hacienda, era responsable de lo que sucedía en la entidad. Así lo certificaron incluso los abogados de Miguel Sanz, que en su día afirmaron ante la juez María Paz Benito que le apuntaron a él para exonerar a quien ejercía la doble función de presidente de Nafarroa y de la entidad.

La primera jornada de interrogatorio solo dio tiempo a que preguntaran el comisionado de UPN (Luis Zarraluqui) y Koldo Martínez, por Geroa Bai. Este último le requirió por qué, de las cuatro cajas que se embarcaron en la aventura fallida de Banca Cívica, la única que tomó decisiones tan importantes sin consultar con el Gobierno y el Parlamento fue Caja Navarra.

Martínez le exhibió diversa documentación apuntando la responsabilidad que tenía el Departamento de Miranda de velar por el devenir de la caja. Y además, le dio pruebas de cómo en etapas anteriores ejerció este control con medidas directas y concretas, como en el caso de la CAMP. Pero Miranda insistió en que en ningún momento pudo haber «dejación de funciones». En numerosas ocasiones, el exconsejero insistió en que «los papeles están en orden».

Miranda aseguró que todo se hizo bien y cuestionó que se escuche en el Parlamento a los exdirectores Lorenzo Riezu y Manuel López Merino, sosteniendo que no son voces autorizadas para opinar sobre la entidad, sino ciudadanos de a pie.

La comisión se suspendió tras tres horas largas de interrogatorio. Será Arantxa Izurdiaga, de EH Bildu, la que continúe con las preguntas. Izurdiaga ya interrogó en su día a Miranda como investigado en el despacho de la juez Benito, cuando ejercía como abogada de Kontuz.