Kirolbet Baskonia despide un gran año como 2018 esta tarde a partir de las 19.30 ante el Real Madrid y con la cancha a rebosar, ya que acudirán más de 15.000 espectadores, según informó ayer el propio club gasteiztarra mediante una nota de prensa.

El año en el que los baskonistas regresaban a una final de la Liga ACB y en el que veían confirmado su antiguo sueño de poder organizar una Final Four de la Euroliga, se cierra ante el adversario por antonomasia. Un Real Madrid que, en su condición de vigente campeón de Liga ACB y de Euroliga, supone el mayor escollo existente a todos los niveles, y al que huelga decir que siempre motiva poder derrotar.

«Jugamos delante de nuestro público para cerrar el año. Ojalá el campo esté a tope y la afición pueda ayudarnos a ganar», deseaba un Marcelinho Huertas que reconocía que el juego ante la escuadra blanca «es un reto muy bonito que nos tomamos con muchos ganas, pero que va a ser durísimo».

En ese sentido, el base paulista subrayaba la necesidad de «jugar bien en los dos lados del campo, sobre todo a nivel defensivo. El Real Madrid es un equipo que tiene muchísimas rachas, con jugadores que tienen muchísima anotación y que no pueden jugar a placer en ningún momento. Sabemos que es un equipo que llega con facilidad a los 100 puntos y si no defendemos, no tendremos ninguna opción».

Derrota en Euroliga

Casualmente, los discípulos de Pablo Laso llegan a este último partido de 2018 después de haber caído por 65-63 en la cancha de Fenerbahçe, un partido resuelto en los segundos finales gracias a un «dos más uno» de Datome. Asimismo, a lo largo del partido se dio la circunstancia poco habitual de la expulsión de Sergi Llull al acumular una técnica y una falta antideportiva.

En lo que respecta a la enfermería, Kirolbet Baskonia contará con la ausencia de Garino y Jayson Granger, mientras que en el bando merengue Kuzmic será baja por una fascitis plantar y será sustituido por Ayón, mientras que Jaycee Carroll tampoco jugará debido a unos problemas musculares en el glúteo.