Ion SALGADO
GASTEIZ

Irati Tobar: «Nos dijeron que teníamos que hacer turismo, no actividad política»

Patricia Ibáñez e Irati Tobar fueron expulsadas por Marruecos del Sahara Occidental el pasado lunes. «Dijeron que teníamos que hacer turismo, y que no hacíamos turismo, sino actividad política», señala Tobar.

Patricia Ibáñez e Irati Tobar han vivido en primera persona la represión que ejercen las autoridades marroquíes contra el pueblo saharaui. Las dos activistas vascas fueron expulsadas del Sahara Occidental, ocupado por Marruecos, el pasado lunes, cinco días después de aterrizar en Dakhla, una ciudad costera «muy militarizada».

En declaraciones a GARA, Tobar recuerda que el 28 de diciembre viajaron en autobús desde Dakhla hasta El Aaiún. Una vez allí se alojaron en la casa de la familia del refugiado saharaui afincado en Euskal Herria Hassana Aalia, que el martes alertó a los medios de comunicación de la expulsión de las dos jóvenes.

Tobar, edil de EH Bildu en el Ayuntamiento de Portugalete, explica que desde el primer momento percibieron la vigilancia policial. Notaban la presencia de las fuerzas de seguridad cuando salían a la calle, e incluso fueron objeto de seguimiento durante una excursión al desierto.

«A un hotel»

Los agentes mantuvieron un férreo control sobre la casa de la familia Aalia hasta que el día 31 llamaron a la puerta para informarles de que tenían que acompañarles.

«Nos llevaron a un control policial y nos preguntaron si conocíamos a la familia Aalia, y por qué habíamos ido a su casa. Nos dijeron que no podíamos estar ahí», señala. Y denuncia que los policías esgrimieron motivos de seguridad como excusa.

«Nos dijeron que debíamos estar en un hotel para que ellos supieran donde estábamos en todo momento, por nuestra seguridad», detalla antes de denunciar que los agentes les expulsaron del Sahara ocupado obviamente por motivos de carácter político. «Dijeron que estábamos como turistas, y que nosotras no estábamos haciendo turismo, sino actividad política», apunta.

Tras el interrogatorio, las dos jóvenes fueron obligadas a montar en un taxi que las llevó Agadir, una localidad de la costa marroquí situada al norte del Sahara Occidental, donde se encuentran a día de hoy. Explica que también notan la presencia policial, aunque reconocen que allí se pueden mover sin problemas, y afirman que ahora quieren regresar a Euskal Herria.

Control policial

En cuanto a la situación que han vivido en el Sahara ocupado, Tobar censura que ninguna autoridad marroquí se ha puesto en contacto con la familia de Hassana Aalia para informarles de que las jóvenes han sido expulsadas.

Asimismo, critica el férreo control policial que se impone a las personas extranjeras, que, en muchas ocasiones, viajan a El Aaiún para conocer la situación en la que se encuentra el pueblo saharaui.