EL LIBRO SA(N)GRADO DE ROSA, UNA HISTORIETA DE PIÑATA
«El libro de Rosa» es la cuarta referencia de la editorial independiente de cómics gasteiztarra Rat Inkdustries, fruto de la entente creativa entre el conocido y esquivo dibujante Piñata y la periodista Dorleta Martínez de Aramaiona.

No hace demasiado que hablar de cómic underground era algo así como una especie de tautología. La historieta gráfica para adultos en su formato de entregas o la recopilación de estas en comic-books en Euskal Herria apenas alcanzaba a cubrir los gastos de edición en los años 80 y 90 y suponía en sí misma un acto intencionado más de provocación contra lo poíticamente correcto y lo políticamente a solas.
Dos publicaciones como “TMEO” en Gasteiz y “Napartheid” en Iruñea, ambas creadas a finales de los 80, miran estéticamente al cómic underground estadounidense de los años 70 pero inciden en contenidos transgresores de temática local. Algo muy distinto a los planteamientos editoriales de revistas como “Cimoc” en el Estado español, pero incluso en el caso de esta publicación que apuesta por una línea editorial más centrada en el estilo y con una tirada que le dota de cierta solidez empresarial, cuesta pensar en cómic en la década de los 80 y 90 sin tener presente el subsuelo argumental de sus propuestas y lo marginal de su impronta editorial.
El concepto de novela gráfica entendida como una unidad de desarrollos argumentales y temáticas más generosas, que abarcan desde la historia y la crónica periodística hasta el ensayo y la autoficción, consiguen que, ahora parece que sí, el cómic sea una referencia editorial para el gran público. De forma muy somera, se puede decir que desde finales de los noventa el mercado del cómic y la edición en Euskal Herria comienza a seguir seriamente los pasos del mercado francófono y anglosajón en esta dirección. Autores como Joe Sacco y Guy Delisle en cuanto a la crónica periodística dibujada, la tématica histórica en autores estatales como Paco Roca y el feminismo y el juego con la autoficción en Raquel Córcoles y su alter ego en Moderna de pueblo son unos pocos ejemplos del éxito de la historieta gráfica en un público poco complaciente con las distopias terrenales y galácticas y la tira sátirica underground.
La Editorial Astiberri en Bilbo apuesta desde 2001 por «una política de contenidos orientada a un público adulto, independientemente de su edad, y no necesariamente habituado a la historieta», una declaración de intenciones que tras diecisete años de trabajo supone un impagable catálogo de títulos, muchos de ellos en euskara y de implecable factura creativa como es el caso de la reciente obra “Migel Marmolen hamaika eta bat jaiotzak”, de Dani Fano.
Pero aún hay más, mientras la novela gráfica parece haber encontrado su estantería en el mercado editorial, del magma del subsuelo creativo del tebeo no paran de brotar sorpresas. Autsider Comics en Mallorca es un ejemplo bien asentado de edición de novela gráfica con propuesta de autor y temática underground. Por cierto, edita el imprescindible disco tebeo “Somos droga”, del también imprescindible Iñigo Cabezafuego. Y esto en lo que respecta al mainstream del underground, porque todavía una capa más abajo está la autoedición que amplificándo su voz en las redes sociales es capaz de iluminar artefactos ilustrados de gran factura pero, presumiblemente, de no tan grata y democrática ingesta.
Rat Inkdustries es una editorial independiente que nace en Gasteiz para publicar en 2014 “Caspa en los sobacos una recopilación de viñetas, tiras e historietas que el conocido dibujante Piñata maceraba a la espera del soporte preciso para ser publicadas. El pasado noviembre acaba de ver la luz “El libro de rosa”, tercera entrega del autor que da empaque de trilogía a las anteriores “El sueño de Rosa (2015) y “La hija de Rosa” (2017), publicadas también por Rat Inkdustries. Piñata es además de disimulado dibujante gasteiztarra uno de los habituales habitantes de las páginas del TMEO. La otra parte de la entente creativa en Rat Inkdustries es Dorleta Martínez de Aramaiona, otro alma al filo de lo imposible cultural. Abrió Elektra, una tienda de vinilos casi a la par que los cuarteles de la red apuraban el diseño de contenedores musicales como spotyfi, viene de trabajar en la película sobre el 3 de marzo de 1976 en labores de producción, y entre otros cientos de artefactos culturales, salpica tinta en el fango de la autoedición de cómics con Rat Inkdustries.
Rat Inkdustries surge de un brainstorming nocturno y cervecil entre Piñata y Dorleta invocando el sortilegio del «a que no hay...» como infalible punto de apoyo de un Arquimedes ebrio para mover el mundo y agitar mentes. Era imperdonable que una obra que había alcanzado el grado de putrefacción que requiere su autor no viera la luz como mandan los cánones de lo oscuro. Esta vez sí hubo lo que tenía que haber, y de aquellas cervezas estos cómics que ya no son uno sino cuatro.
Dice la solapa de “Caspa en los sobacos” sobre la el trabajo de Piñata: «Sus cómics son una mezcla de mierda, basura, condones, semen, pus, moscas, perros, Tifus, Calvin, los Dogo, el Palacio X, Tornado, báteres, televisión, cloacas, pis, zoofilia, sarro, grasa, pirómanos, pelo, vómitos, incesto, nudismo, aborto, sarna, costra, gonorrea, colillas, latas, sacrilegios, blasfemia, parricidio, viejos, infecciones, estiércol, urea, negligencia, sangre, ratas, culos, tetas, granos, genitales, muerte, alcoholismo, coitos, ampollas, botellas, lombrices, secreciones, cucurachas, heces, lefa, diarrea, alcantarillas, mucosa, pajas, trapos sucios, gusanos, halitosis, zanahorias, pepinos, palos de escoba y cristales rotos”.
Una descripción tan abigarrada, caleidoscópica y barroca como las viñetas de su autor y a la que, aun añadiendo más paladas y paladas de deshechos, poco más se puede añadir. Este cóctel de detritos y la incontinencia del trazo y del detalle abyecto hacen de Piñata un dibujante al que se ama o se detesta con igual intensidad. Recuerda en cierta medida al underground estadounidense de los años 70 y particualrmente a la obra y estilo de Robert Crumb, otro prófugo de las medias tintas.
En la triología de Rosa, Piñata se adentra en la saga por entregas a partir de la construcción de un thriller familiar de dotes adivinatorias, suplantación de identidad y profecías bíblicas a escala planetaria. Rosa tiene sueños proféticos, su hija hereda estos poderes y entre una y otra hay un libro más sangrado que sagrado que narra el destino de la humanidad, trágico o puede que no tanto. En “El libro de Rosa” el delirio del trazo y la trama propio de este dibujante se compensa con la mesura en el tratamiento de la viñeta y la composición de la página. El abundante contenido escatológico para hilar grueso entre el humor, el sarcasmo y la reflexión existencial es marca de la casa Piñata y el resultado viene a ser algo así a como, si en un salto mortal de racord, Pasolini se pusiera a rodar un guion de David Lynch. Piñata dibuja a nuestros vecinos del reverso “normal” como Lynch escarba en lo pesadillesco de la moral burguesa; allí donde el cineasta encuentra el lado más salvaje, el dibujante se regocija en la exageración escatológica.
“El libro de Rosa”, que cierra la trilogía de “El sueño de Rosa” y “La hija de Rosa”, es la última referencia por el momento de Rat Inkdustries. Pero puede que ni la trilogía termine en tres, ni esta sea la última referencia de Rat Inkdustries. Ni tampoco que Piñata termine siendo el único autor de la casa. Aunque para eso, como todo en la vida, tengamos esperar a la próxima viñeta. De momento, las cuatro referencias de esta editorial (“Caspa en los sobacos” (2014) y los volúmenes de la trilogía de Rosa –“El sueño de Rosa” (2015), “La hija de Rosa” (2017) y el “El libro de Rosa” (2018), se pueden encontrar en la web www.ratinkdustries.com y en la libreria Zuloa de Gasteiz.

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