Fede de los Ríos
JO PUNTUA

La Ley que a todos iguala y otras añagazas

Los de la “manada” seguirán en libertad hasta sentencia en firme, por ello, como forma de equilibrar la balanza que empuña la señora justicia, los de Altsasu esperarán sentencia en prisión. No podemos obviar que los militares en Altsasu fueron víctimas de un delito de odio, ese odio atávico que los vascos pueden desarrollar; mientras que la víctima de la “manada” si lo fue, lo fue de amor, ese amor sui géneris al que acostumbran los cuerpos militares y sus adláteres. Como ha tenido a bien aclararnos el diputado de Vox, durante la guerra y la posguerra, se fusiló gente, sí, pero sin odio.

Además está lo de la presunción de inocencia si no hay sentencia firme, en el caso de la “manada”, como ha recordado el portavoz de Jueces para la Democracia. De hecho la jueza del tribunal pertenece a dicha asociación. Por ello, por la necesidad del equilibrio de la balanza, los de Altsasu tutelados por la Audiencia Nacional, audiencia creada para la defensa de esta democracia, disfrutan de la presunción de culpabilidad. Tomándose la molestia de multarles con 600 euros.

Unos condenados pueden elegir la prisión menos dolosa para cumplir condena. A otros, es la propia institución penitenciaria, con la inestimable colaboración del gobierno, quien determina su ubicación evitándoles tan engorrosa tarea, al tiempo que facilita a sus familias el conocimiento de los bellos y alejados pueblos y lugares de lo que algunos llaman España. Turismo gracias a la dispersión.

Dirigentes del PP piden la excarcelación de Eduardo Zaplana aduciendo «motivos humanitarios» al encontrarse éste gravemente enfermo. Y debe estarlo sobremanera pues los mismos humanitarios demócratas en el gobierno anterior, con relación a otros presos enfermos, establecieron que sólo podrían ser excarcelados «cuando la razonable certeza de fallecimiento del interno es de un plazo inferior a los dos meses».

Y los del GAL hace lustros en la calle. Democracia española.