Ramón SOLA

Iragi, Forn, Adur; la misma represión

Un conflicto político armado, un referéndum y una pelea de bar. Un «preso de ETA», un conseller de Interior catalán y un chaval de Altsasu. ¿Qué es lo que podría llegar a unir a Harriet Iragi, Joaquim Forn y Adur ramírez de Alda? Solamente una cosa; el afán español de venganza política.

A ese triángulo, inverosímil pero representativo del nivel de represión política en el Estado español, le pusieron voz y cara a mediodía de ayer en Bilbo Maider Viso, compañera del preso Harriet Iragi; Laura Masvidal, esposa del exconseller Joaquim Forn; y Bel Pozueta, madre del joven altsasuarra Adur Ramírez de Alda. Los tres están presos en situaciones que podrían tildarse de surrealistas si no fueran tan dolorosas.

Sin ir más lejos, Joseba Azkarraga, portavoz de Sare que ejerció como moderador y entrevistador, trajo a colación que Iragi es el preso vasco que más tiempo ha pasado en aislamiento: 18 años. Pero a este número le puso contenido auténtico Viso; y es que 18 años significan por ejemplo que la hija de ambos, que hoy tiene 16, «hasta hace un mes no había visto a su padre nunca fuera de esas galerías». Es decir, nunca fuera de unos bajos que no solo tienen barrotes sino también rejas, con acceso a un patio de apenas cinco metros de anchura y enrejado igualmente por arriba, una jaula.

No se trata solo de Iragi, obviamente. Maider Viso relató con congoja cómo los familiares de Jagoba Codo salían de la visita en Albocasser (Castelló) explicando que este preso enfermo «estaba hecho una bola» por la imposibilidad de ponerse recto. Hoy Codo está en Logroño, pero sigue prisionero.

Crítica es igualmente la situación de los líderes independentistas catalanes, que en breve se sentarán en el Tribunal Supremo con riesgo de sufrir enormes condenas. Masvidal aseguró que acuden «fortísimos» a Madrid, después de una huelga de hambre en la que ha participado su marido y que situó como «llamada de atención necesaria, viendo cómo se juega con los tiempos procesales y con todas las intríngulis legales. Estaban bloqueando el acceso a la Justicia europea. Se consiguió mover algo».

«Perdieron peso y eso debilita, aunque lo peor fue la reintroducción de alimentos posterior –detalló la compañera de Forn–. Pero se han recuperado fantásticamente bien y están muy fuertes, muy fuertes, con ganas de afrontar el juicio». Incidió además en que «está claro que será un juicio al pueblo de Catalunya, porque están juzgando a su gobierno».

Aunque con total serenidad, Bel Pozueta no ocultó que las madres y padres de Altsasu sienten «frustración, incredulidad y mala leche, mucha mala leche» porque su situación siga sin corregirse. «Se está diciendo incluso que las familias podríamos ayudar a que se escapen... La igualdad ante la Justicia no existe, y lo vemos no solo con ‘La Manada’, sino con la corrupción económica, o con la gente relacionada con las cloacas del Estado (Galindo) que ha salido nada más entrar...».

«Contra el abuso de poder»

En vísperas del juicio al procés, la madre de Adur Ramírez de Alda quiso recordar el del «caso Altsasu» y tantos otros en que «ganamos el juicio pero perdemos la sentencia». Hecha la ley, hecha la trampa.

Entre el público escuchaban desde el diputado Joan Tardá (ERC) o el senador Jon Iñarritu (EH Bildu) a personas que saben mucho del sufrimiento inherente a la prisión, como Maite Sánchez (compañera de Kepa del Hoyo, muerto en Badajoz) o Arantza Zulueta (víctima del alejamiento y aislamiento extremos).

Más allá de lo dramáticas que resultan estas situaciones, las tres contertulias miraron igualmente al futuro y a las posibles soluciones. Masvidal aseguró que cuentan con el apoyo y la movilización de Euskal Herria ante la vista del Supremo. Pozueta evocó cómo Altsasu se ha convertido «en destino de turismo para muchos catalanes; la empatía del pueblo catalán con nosotros ha sido increíble, y entienden lo que contamos porque con ellos están haciendo lo mismo que con nuestros hijos». Y Viso añadió el «papel fundamental de los medios de comunicación, porque cuando normalizamos toda esta situación, ya no avanzamos».

De la necesidad de tocar todas las puertas, incluidas las del Estado y el ámbito internacional, habló también Joseba Azkarraga desde su experiencia en Sare: «Y es que los estados no se mueven, hay que moverlos». Pozueta explicó que han dado charlas en Palencia, Valladolid, Soria, Huesca, Zaragoza, Madrid, Asturias... «y hacemos llorar a mucha gente. Acaban preguntándose ¿cómo puede ser esto? ¿y cómo podemos estar tragándolo? Cuando la gente ve nuestra cara, ve que no somos demonios». Masvidal se sumó a esa necesidad de interpelar, pero reconociendo que cuando lo hacen recogen frutos solo en el ámbito internacional, porque en el Estado «hemos tocado el orgullo patrio».

La compañera de Forn, conseller de Interior cuando se realizó el referéndum del 1 de Octubre, incidió en que esta es una batalla de todos y todas: «Ómnium Cultural ha hecho una campaña que dice ‘mañana puedes ir tú’. Y es eso: aquí no se está luchando por los derechos de unos o de otros, sino por los de todos, por una sociedad más justa, contra el abuso de poder del Estado, aunque sea muy difícil luchar contra un estado de opinión intoxicado».

Altsasu y el efecto bumerán

Los casos recogidos en esta mesa tienen como denominador común haber recabado solidaridad popular, pero especialmente interesante fue la reflexión de Pozueta sobre lo ocurrido en Altsasu: «Lo que nos han hecho nos ha unido, sin duda. Esto les ha salido muy mal». Lo ejemplificó en que sigue pasando el tiempo y «nosotras seguimos recibiendo abrazos cuando vamos a hacer las compras. Y todos los viernes a las 20.00 al menos 150 personas nos concentramos, en un ejercicio de transversalidad de edades, procedencias y planteamientos ideológicos». Adelantó que habrá respuesta también «como pueblo» frente a los próximos capítulos judiciales, que curiosamente podrían solaparse temporalmente con el juicio a los líderes catalanes.R.S.

Reflexiones

«No luchamos por los derechos de unos o de otros sino por los de todos, esta es una lucha contra el abuso de poder del Estado»

LAURA MASVIDAL

Esposa de Joaquim Forn

«Hay que tener cuidado en no normalizar toda esta situación, porque cuando eso ocurre, no avanzamos»

MAIDER VISO

Compañera de Harriet Iragi

«Cuando damos charlas por el Estado, hacemos llorar a mucha gente, acaban preguntándose ‘¿cómo puede ser esto?’»

BEL POZUETA

Madre de Adur Ramírez de Alda