BARCELONA 3

EIBAR 0

Tampoco esta vez lo consiguió el Eibar, que sigue contando por derrotas todos sus enfrentamientos con el Barcelona. Ya sea la inspiración de Messi –casi siempre–, la actuación arbitral –algunas veces– o, simplemente, la evidente diferencia cualitativa entre ambos equipos, pero lo cierto es que los tres puntos siempre acaban en el lado catalán.

También ayer, cuando el Eibar cayó con una variante ya conocida: buen, magnífico incluso, primer tiempo de los armeros que incomodaron a su rival, ocasión aislada del Barcelona que sube al marcador, diez minutos de inspiración culé para sentenciar el partido y final honroso para el Eibar, si no en el marcador, sí al menos sobre el terreno de juego. Tampoco sorprendieron los protagonistas. Dos goles de Luis Suárez y uno de Messi, que han marcado 22 en los nueve partidos entre Eibar y Barcelona.

Por lógica, por conocida o porque los guipuzcoanos no tienen nada que reprocharse tras haber hecho todo lo que tenían en su mano para evitarla, la derrota duele lo justo. Sus consecuencias son más ingratas. Porque el Eibar juega bien casi siempre y muy bien a veces pero los puntos se le resisten. La del Real Madrid, de la que se cumplirán dos meses la próxima semana, sigue siendo la última victoria del equipo, que apenas ha podido sumar cuatro puntos en las seis últimas jornadas. Una mala racha de marcadores que le condenan a acabar la primera vuelta con su peor puntuación desde que llegó a Primera División y apenas tres puntos por encima del descenso. Suficiente pero no muy reconfortante.

Frente a los puntos, las sensaciones que transmite el equipo son más esperanzadoras. Incluso ayer, cuando encajó su primera derrota en cinco jornadas, ante un Barcelona al que le costó mucho tiempo y trabajo encarrilar el choque.

Con dos novedades –el inesperado Bigas y Escalante en lugar de los lesionados Ramis y Charles– y vuelta al dibujo con un solo delantero, el Eibar consiguió que la primera parte fuera poco más o menos como quería. Con el balón pasando muchos minutos en la parcela local, los caminos al área de Riesgo bien cubiertos, un rival incómodo y las posibilidades abiertas. Solo hubo un pero, que el Barcelona acertó en su única ocasión: una rápida combinación que permitió a Suárez firmar el 1-0 en el minuto 20.

El marcador redujo las esperanzas pero lo que vino después las mantuvo vivas. Hasta la vuelta de vestuarios. A los siete minutos de la reanudación marcó el segundo, el Barcelona enloqueció y el Eibar desapareció, hasta el punto de que hubo que recurrir a la inspiración de Riesgo para evitar una goleada.

Fueron solo diez minutos pero a los culés les bastó para sentenciar. El Eibar revivió tras la tormenta y nunca perdió la ilusión por celebrar una mínima alegría, pero no hubo manera.

Tras el descanso «han roto el partido»

Siempre hay algo de culpa propia pero cuando un equipo como el Barcelona decide pisar el acelerador es muy difícil ponerle freno. Eso sucedió ayer en el Camp Nou, cuando un arrebato de los blaugranas senteció el choque.

Así lo entendió también Andoni Azkargorta, que volvió a sentarse en el banquillo en sustitución del sancionado José Luis Mendilibar. «En la primera parte les hemos obligado a jugar hacia atrás. Y si nosotros logramos defender de atrás hacia adelante somos muy agresivos. Estábamos haciendo lo que queríamos, dificultando la salida del balón con la presión alta», destacó el técnico guipuzcoano. Pero todo cambió a la vuelta de vestuarios. «Le han metido más velocidad, han sido más verticales y ahí nos han roto el partido», asumió. Y así sentenciaron al Eibar. «Hemos hecho un buen primer tiempo y hemos terminado el partido jugando bien pero nos ha penalizado ese inicio del segundo tiempo. Han marcado dos goles y han tenido ocasiones para hacer más. Tienen jugadores de mucha calidad y cuando te cogen al espacio, te matan», resumió.

Coincidía Joan Jordán, al destacar que, aún siendo un «partido muy complicado», el Eibar estuvo «bastante bien en fases del partido, hemos conseguido que el Barcelona no estuviera nada cómodo». La clave fue «el 2-0, que nos ha matado un poco». No fue tanto una cuestión del Eibar como de los catalanes, que «son muy buenos –recordó el centrocampista–. No es que tú no aprietes bien, es que ellos son muy buenos. Hasta entonces creo que hemos estado bien, hemos apretado, hemos pisado área, hemos hecho alguna ocasión..., hemos sido un buen Eibar. Después del 2-0 nos hemos venido un poco abajo y luego ya ha sido imposible».

Ernesto Valverde, por su parte, admitió que «en el primer tiempo nos ha costado bastante. Son el equipo que mejor presiona de la Liga y nos ha costado contactar con los delanteros. No hemos pasado apuros pero el balón rondaba nuestra área». Tras el descanso, «hemos dominado mejor y han llegado los goles». A.U.L.