Joseba VIVANCO
Athletic

Supercalifragilisticoespialidoso

Un soberbio Williams lideró con dos golazos un partido perfecto de los leones, que brindaron la victoria a un entregado San Mamés.

ATHLETIC 2

SEVILLA 0


En la recordada ‘‘Mary Poppins’’, su famoso estribillo aparece en una escena en la que la niñera mágica encarnada por Julie Andrews es acosada por un grupo de periodistas tras ganar una carrera de caballos. Cuando un reportero le pregunta si tiene palabras para describir lo que en ese instante siente, ella comienza a cantar la famosa palabra que todos hemos deletreado alguna vez. Según el filme, ‘Supercalifragilisticoespialidoso’ sirve para expresar lo que uno siente cuando te quedas sin palabras. Y ayer, en San Mamés, nos quedamos sin palabras. Iñaki Williams nos quedó sin palabras, el Athletic nos dejó sin palabras. «Me siento orgulloso por el hecho de que algunas personas se hayan ido hoy a casa sintiendo, durante 90 minutos, que la vida es bella. Y esencialmente, así es. Esta es la razón de ser del fútbol», decía el alsaciano Arsene Wenger para descifrar este juego.

La vida puede ser maravillosa. Solo hay que estar ahí para disfrutarla. Iñaki Williams sumaba la nada despreciable losa de 770 días, 41 partidos, sin ‘mojar’ en San Mamés. Y ayer se redimió. Con él mismo antes que con nadie más. Dos golazos suyos, dos demostraciones de pura sangre, sellaron una de las victorias más sonadas desde hacía mucho, demasiado tiempo, en un San Mamés entregado a la causa, al que no le hacen falta arengas presidenciales llamando a una sacrosanta unidad rojiblanca porque cuando el equipo le necesita, está ahí, como una piña, sin fisuras, todos a una.

Williams se llevará hoy, mañana y pasado todos los titulares, y no es para menos. Su carrera y definición en el primer tanto de la tarde fue una obra maestra. Lo del segundo, sobrepasado el minuto ochenta de partido, sin más resuello que el que da el compromiso, más vapuleado y zarandeado por la defensa sevillista que un muñeco de feria, sacó fuerzas de flaqueza para firmar, en desventaja, una cabalgada, ganar a su par, salvar al portero y acertar, en esa última bocanada, a que la pelota sobrepasara la línea de meta rival para estallido de una grada que ayer comulgó con el equipo como en sus mejores días. Antológico su gol para rubricar un partido perfecto de los leones.

Gaizka Garitano le ha cambiado la cara a este equipo. Dos goles en contra en cinco encuentros lo dicen todo. Solvente, sabe a qué juega y qué quiere. Coral, solidario, vertical. Ha encontrado la fórmula para salir del atolladero en el que se había metido. No hay nada hecho, todo está por hacer, porque como alguien dijo, «dos cosas te definen: tu paciencia cuando no tienes nada y tu actitud cuando lo tienes todo». Ahora el Athletic parece tenerlo todo, así de voluble es el estado de ánimo del cualquier entorno, incluso los puestos europeos a seis puntos de tan apretada que está la Liga, pero el discurso cauto de su entrenador no lo desterrará tan fácilmente de sus labios.

El Athletic ofreció a su gente la actuación más solvente no solo de la temporada sino desde hacía mucho. Del minuto uno al 95 en que se alargó el duelo por mor de un pésimo arbitraje, que fue el único que no estuvo a la altura del encuentro para desesperación, sobre todo, local. Ante el tridente –Sarabia, André Silva y Ben Yedder– más resolutivo de la Liga, con un gol por cada cuatro remates, apenas sí le concedió oportunidades. Ahí estaba Dani García, nuestro particular N´Golo Kante, y si no se sacrificaba Beñat, por detrás de ellos el imperial ayer Iñigo Martínez, que si no estaba allí, entonces emergía expeditivo Yeray, en las bandas unos portentosos Capa y Yuri, y cubriendo sus espaldas, Iago, para taponar las dos más peligrosas intentonas sevillistas. Qué decir de Córdoba, kilómetros de sacrifico y compromiso. De Muniain, de todos. Williams se llevó los honores y laureles, pero sin el compañero de al lado, lo de ayer sería imposible.

El Sevilla llegaba a San Mamés, días después del descafeinado partido copero, con un once que asustaba e invicto en Liga desde octubre, cuando perdió en el Camp Nou. El Athletic, sin Aduriz ni Raúl, sabedor de lo que había en juego, de golpe de mano con el que socializar el sufrimiento todavía más en esa parte complicada de la tabla, miró a los ojos al Sevilla y atrevido, valiente, corajudo, le llevo a su terreno hasta sacar rédito en forma de gol, golazo, de un Williams a la carrera, orientando hacia dentro y definiendo como un asesino del área. Brutal. Estalló la grada y el «¿Y Llorente, qué?» se escuchó nítido a los oídos de la actual Junta Directiva.

El Athletic, que no dio opción al Sevilla en una primera mitad incómoda para los visitantes, regresó de vestuarios con igual ímpetu, con San Mamés aplaudiendo como nunca cada sacrificada recuperación de pelota, con el equipo bilbaino cerrando a cal y canto cualquier vía hacia Herrerín, multiplicando esfuerzos y coberturas. Y esperando, agazapado, otra oportunidad. La salida de Ibai Gómez le puso el punto emocional al encuentro, el cronómetro corría a favor de los locales, hasta que, de nuevo, Williams, en el 85, nos dejaba sin palabras. Galopada de 60 metros con el aliento de San Mamés a su espalda, y finalización. Nada más inexplicable que esa imagen icónica abrazado a la grada Iñigo Cabacas. Que lo que Iñaki Williams ha unido, no lo separe Fernando Llorente.

«He tenido la pausa que me dice Adu... y a la cazuela»

«Enhorabuena, el Athletic ha sido mejor», asumió el técnico sevillista Pablo Machín. Gaizka Garitano es el artífice de la recuperación futbolística y anímica de este equipo. Ayer, su propuesta salió a la perfección y todos sus hombres rayaron a una gran altura. Sin embargo, mantiene los pies en el suelo. «No estoy pendiente de lo que dice la gente, todavía estamos en una situación muy delicada, ha mejorado pero sigue siendo mala», dejó claro en sala de prensa. No obstante, se mostró feliz por el triunfo, «el día del Girona jugamos también muy bien, diferente, pero igual de buenos; en Vigo también. Este partido ha estado bien sobre todo por la magnitud del rival, el Sevilla ha perdido muy pocos partidos esta temporada».

Un choque ante un rival de campanillas pero que ese primer gol allanó el camino hacia la victoria. «Hemos salido bien, hacer el 1-0 es muy importante contra este tipo de equipos tan fuertes que se cierran atrás. Ha sido la clave, con 1-0 nos encontramos a gusto porque estamos defendiendo muy bien», analizó. Un Garitano que, inevitablemente fue cuestionado por la llegada de más refuerzos como Fernando Llorente. Su respuesta, toda una declaración de intenciones: «Estoy muy contento con lo que tengo, pero nadie puede estar cerrado a mejorar el equipo». Contento con la llegada de Ibai Gómez y elogios para el hombre del día, Iñaki Williams, de quien dijo que «valoro el trabajo que hace, pero quitarse esa mochila de marcar en San Mames le vendrá bien a él y al equipo»

El delantero remarcó que «estamos muy contentos y yo personalmente mes siento muy feliz. Volver a meter en San Mamés después de tanto tiempo, después de haber trabajado tanto y después de la situación en la que estábamos era muy importante» ganar. Sobre esos dos goles firmados, el rojiblanco reconoció que «cuando me la dan en carrera lo intento hacer lo mejor posible y solo he tenido que tener la tranquilidad y la pausa que muchas veces me dice Adu. He tenido suerte, porque los balones han ido a la cazuela». Un equipo que «ha dado más que la cara», una afición «enchufadísima», decía, «todo ha salido redondo». Eso sí, «queda toda la segunda vuelta y sabemos que nos va a tocar remar muy fuerte, pero desde la humildad y desde el trabajo seguro que llegamos a nuestros objetivos». Como escribió luego su compañero Iker Muniain en Twitter, «estos muertos están muy vivos».J.V.