Mikel JAUREGI
DONOSTIA
Elkarrizketa
THE WIZARDS

«Aún hay mucha piedra que picar; esto es rock and roll, no un capítulo de ‘Fama’»

Nadie habría imaginado en mayo de 2017, cuando salió «Full Moon in Scorpio», que The Wizards apenas tardaría año y medio en sacar nuevo material. No es muy habitual en estos tiempos. Pero la trayectoria del quinteto vizcaino es así, de vértigo: su demo de presentación vio la luz en 2014 y, desde entonces, ha publicado ya tres LPs. El último, «Rise of the Serpent», es un memorable ejercicio de heavy metal.

Grabado en los estudios Gaua (Mungia) y Garate (Andoain) entre abril y mayo pasados, producido por Dean Rispler (bajista de The Dictators) y lanzado en octubre por el sello alemán High Roller, el disco ha tenido una gran acogida. Bien posicionado en las listas de mejores álbumes de metal y rock duro de 2018, “Rise of the Serpent” supone una bocanada de aire fresco para el género. Virtuosismo a las seis cuerdas, una interpretación vocal que tira de espaldas, una base rítmica contundente... y aires de los primeros Manowar, de Dio, de Rainbow, pero también de hard con aroma a Thin Lizzy. 50 minutos, ocho temas, que se pasan en un suspiro. Sir Ian Mason (voz), Phil The Pain y George Dee (guitarras), Baraka Boy (bajo) y Dave O. Spare (batería) han hecho honor a su nombre: son magos en esto del heavy metal.

Lo primero que llama la atención de «Rise of the Serpent» es que llega solo año y medio después de su anterior trabajo. No es algo muy usual en los tiempos que corren. ¿A qué se ha debido? ¿Tenían prisa, contaban con material sobrante del anterior o ha sido cosa de un torrente de inspiración y creatividad?

Lo cierto es que, tras la buena acogida que tuvo “Full Moon in Scorpio”, nos planteamos casi desde que salió poder editar algo en 2018. Pero debido a la gran actividad en directo que desarrollamos el año pasado, pensamos que lo más sensato quizá fuera un EP de cuatro temas. Algo más rápido de escribir y grabar, en definitiva. La idea de hacer un LP completo se nos pasó por la cabeza poco antes del parón de dos meses (enero y febrero de 2018) que habíamos programado para la composición de los temas. Digamos que nos liamos la manta a la cabeza... y sin tener un solo tema compuesto ni arreglado.

En dos meses teníamos todos los temas listos y, entre finales de abril y principios de mayo, tuvo lugar la grabación. Ahora sabemos que fue un acierto apostar por un larga duración y, además, nos hemos demostrado que podemos trabajar bajo presión y con el tiempo justo.

Han vuelto a contar con los servicios de Dean Rispler para la producción. ¿Qué les aporta?

Dean se ha convertido en una parte muy importante de nuestro equipo. Tras la buena experiencia de “Full Moon in Scorpio”, su nombre estaba encima de la mesa para este nuevo álbum, sin dudarlo. Por un lado, nos hizo darnos cuenta de la importancia de un productor en el sentido más clásico del término. Es decir, un profesional externo que aporte una visión objetiva de las canciones y sepa extraer lo mejor de la banda en términos de interpretación y arreglos. Por otro lado, Dean en concreto es un viejo lobo de Nueva York curtido en mil batallas en esto del rock y posee un oído y una sensibilidad muy especiales. Sus referencias y su manera de entender el rock están en la misma onda que las nuestras. Hemos aprendido mucho con él.

Observo una sostenida y evidente evolución al heavy metal más clásico, aunque aún les quedan retazos de hard-rock setentero. ¿Premeditado o simplemente les ha salido así?

La evolución que señalas es obvia, este disco es más puramente heavy metal. Aunque, como siempre nos sucede, esa evolución se ha dado de una manera totalmente natural. Esta es nuestra cuarta edición si contamos nuestra demo de 2014. En todos nuestros trabajos se observa un cambio o evolución respecto a lo anterior. Ni nosotros sabemos hacia dónde tirará el próximo trabajo. Lo que sí podemos decir es que este último álbum es el que más se acerca a nuestra idea de cómo debe sonar la banda.

Parece que los Manowar o Iron Maiden más épicos que llevan dentro han salido del armario, porque si de algo puede presumir «Rise of the Serpent» es de épica. Y de estribillos para cantar puño en alto, también.

Siempre hemos tratado de escribir canciones que a nosotros nos gustase escuchar, así de sencillo. Un buen estribillo es una parte muy importante de una canción, y parece que les vamos cogiendo el truco (jajaja).

El trabajo vocal de Sir Ian Mason también ayuda. En entrevista con GARA en octubre de 2017 nos decía que «toca cuidarse y tomarse en serio el oficio de cantar en The Wizards». A la vista de los resultados, parece que lo está cumpliendo…

El señor Mason es un animal escénico. Fuera del escenario es bastante parecido, puro rock and roll. Pero ante todo, es un soldado enrolado en nuestra guerra mágica, nuestra misión definitiva por la iluminación espiritual y la destrucción masiva de tímpanos. Mediante intensas sesiones de meditación y tantra y ciertas prácticas mágicas de alto secreto, su energía está focalizada y canalizada más que nunca en la consecución de nuestros objetivos más importantes: deleitar en disco y aplastar en directo. De hecho, toda la banda remamos en esa dirección.

Cada uno de los integrantes brilla en lo suyo, pero desde el primer segundo del tema que abre el álbum destacan las guitarras de Phil The Pain y George Dee. Riffs vigorosos y solos luminosos, fantásticos. A uno le entran ganas de practicar «air guitar».

Guitarras en llamas, una base rítmica fiable y contundente, una voz reconocible y un puñado de buenas canciones. Cuando escuchábamos rock siendo unos críos esas características eran las que nos transmitían todo el power.

Es complicado destacar alguno de los temas por encima del resto. Pero, por diferente, me ha llamado la atención el single, «Age of Man»: es su tema más melódico y directo. ¿Pueden ir por ahí los tiros en el futuro?

“Age of man” es el tema más corto y melódico del disco, y quizá el más pegadizo, cierto. Poco tiene que ver con el resto del álbum, que es bastante más, digamos, “bestia”. La elegimos como adelanto a propósito, para despistar un poco al personal y, por qué no decirlo, para reírnos un poco de las reacciones de mucho cabeza cuadrada que pulula por ahí. Al final parece que ha gustado y en los bolos es de las que más corea el personal. Pero como te comentaba antes, ni nosotros mismos sabemos por dónde irán los tiros en el próximo trabajo. Y preferimos que así sea.

El disco está recibiendo muy buenas críticas. ¿Tienen la sensación de que están en ese punto de poder dar «el salto»?

Desde la salida del anterior álbum vivimos un momento de cierta exposición; parece que cada vez más gente nos hace caso. Pero esto va muy poco a poco, picando piedra día a día y teniendo claro que no puedes esperar gran cosa en cuanto a profesionalización, y menos en el Estado español. Nuestra vocación es salir a Europa y más allá todo lo que podamos, pero hay muchos factores que hacen que eso no sea fácil.

Por un lado es difícil que una agencia de contratación internacional apueste por una banda pequeña del sur de los Pirineos. Por otro lado, la profesionalización no es algo fácil en este país; el rock no vende, eso está claro. Ante eso, nada de llorar por las esquinas quejándonos, como vemos hacer a alguna gente de bandas en nuestro entorno. Si hay que ir a tocar ante cuatro gatos a 900 kilómetros, habrá que ir. Quizá la próxima vez sean ocho. Tampoco se trata de hacer el tonto, pero hay quien cree que el público nos debe algo a los grupos, que debe ir a vernos tocar. Y claro, luego se frustran cuando se dan cuenta de que eso no es así. Una pena. El caso es que aún hay mucha piedra que picar, muchos kilómetros por hacer y muchas bocas que callar también. Esto es rock and roll, no un capítulo de “Fama”.

¿Por dónde pasan sus planes a corto-medio plazo?

Tras haber presentado ya el nuevo álbum en Bilbo, Madrid, Barcelona, Alemania, Gasteiz y Santander, a corto plazo el sábado [hoy mismo] tocaremos en Iruñea en la sala Totem, y el 16 de febrero en San Agustín Kulturgunea de Azpeitia. Muy pronto iremos desvelando más fechas en salas y festivales. También estamos tratando de encontrar una nueva agencia de booking a nivel europeo para poder afrontar una gira por el continente. Un primer intento se ha ido al garete por factores ajenos a nosotros. Todo se andará; somos brujos, recordadlo.