Raimundo Fitero
DE REOJO

Deportivos

Reapareció Mariano Rajoy en una fiesta del deporte, es decir del fútbol, para recordarnos que sigue desayunándose leyendo el diario Marca, una cabecera mancillada por la dirección durante unos meses de Eduardo Inda, el cafre desdeñoso. Este cruce entre deporte y política no acaba de reglamentarse ni entrar en los discursos de los tertulianos deportivos, aunque los de política que solamente deben saber de tenis porque lo practican; o pádel. O de fútbol que es una religión identitaria con unos palcos en los campos donde se redistribuye la riqueza entre los ricos, los nuevos ricos y los corruptos. 

Estamos en perpetua campaña electoral en fase de preselección y aparecen nombres famosos del deporte. El último que ha conmocionado el panorama, al menos en Madrid capital, ya que se ha anunciado que el candidato oficial (dicen que hacen falta unas primarias) de Sánchez, es un exentrenador de baloncesto que consiguió un campeonato del mundo con la selección de Gasol. José Vicente, Pepu, Hernández Fernández. El «soy presidente» Sánchez, jugó baloncesto en Estudiantes, siendo entrenador este señor, que, además, sin acabarla, estudió la carrera de periodista. Un fichaje.

Estamos en la disyuntiva entre política espectáculo, incorporación de personas relevantes en sus profesiones, pero sin carrera política partidaria reconocida, y en el campo del deporte tenemos ejemplos varios. En Bildu, Xavier Mikel Errekondo, tras ser alcalde de Usurbil, obtuvo acta de diputado en Madrid, fue compañero de Urdangarin en la selección española de balonmano. Hace unas semanas Ruth Beitia, fue nombrada candidata en Cantabria por el PP, y ha dimitido ya. En el gobierno del trifacio en Andalucía, el consejero de Educación y Deporte es Javier Imbroda, también exseleccionador de baloncesto. Rajoy llegó más lejos.