El programa “Salvados” vuelve hoy a la parrilla de programación, y se anunció durante toda la semana una entrega donde participarían Inés Arrimadas de naranja e Irene Montero de morado. Es más, el jueves se grabó la entrega en Madrid, y vimos a Jordi Évole, de chándal, en el aeropuerto de Barajas dando algunos detalles sobre este encuentro y advirtiendo de que en unas horas viajaba el equipo a Venezuela y que, si conseguía alguna entrevista, algún documento relevante, se emitiría hoy y se aplazaría lo de las dos lideresas políticas. Una práctica muy poco habitual.

Y así ha sucedido. Esta noche de domingo con los resultados de los Goya dando rebotes, con del fútbol provocando crónicas de estaño, aparecerá en La Sexta, junto a Évole, Nicolás Maduro, el todavía presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Una entrevista que cualquier periodista celebraría poder hacerla. Un acto de periodismo oportuno, adecuado. No se conocen los contenidos, ni si aparecerá alguien de la oposición o de los golpistas autoproclamados, pero lo que ha sucedido es que ya han criticado al programa. La caverna de Zipi Casado ya ha sacado su repertorio de descalificaciones universales con palabras gruesas y maltratadas. Un ridículo, como siempre, pero una manera de mantener la pestilencia política, el desprestigio de todo lo que no sea su maniqueo mensaje. Les molesta la libertad de expresión.

Los de Zape Rivera también se adelantan a todo y estructuran un discurso sobre los supuestos indultos a los políticos del procés. No han sido juzgados y ya critican que los indulten. No se contempla la posibilidad de que sean absueltos. Para los cachorros aznaristas ya están condenados sin juicio. Son así. Guaidó es su héroe de plastilina trumpista. Constitucionalistas de la mentira, la manipulación y la antidemocracia.