VOX, EL SOL PEGA DE CARA EN EL HOTEL IRUñA PARK
VOX DESEMBARCÓ ANOCHE EN IRUñEA PARA ABANDERAR A «LOS ESPAñOLES QUE NO SE SENTÍAN REPRESENTADOS DESDE HACE 40 AñOS». LA VERSIÓN MÁS DURA DEL RÉGIMEN DEL 78 ATERRIZÓ ANTE CIENTOS DE SIMPATIZANTES COMO GARANTE «DE LA UNIDAD DE ESPAñA» Y TIMÓN DE LA INVOLUCION RETRÓGRADA. SIN COMPLEJO, QUEDÓ CLARO.

Siete furgonas de la Policía española custodiaban el Hotel Iruña Park, al que se acercaron cientos de simpatizantes de Vox. En la cafetería, un señor con un pin del partido gritaba «Viva España», para a continuación preguntar «¿Ha quedado bien, no?». Era uno de los responsables de prensa.
En el interior de la sala donde se desarrolló el acto, simpatizantes de todas las edades jaleaban –subidos a la silla, ondeando banderas españolas y al son de ‘‘El novio de la muerte’’– consignas como «Viva España», «España unida jamás será vencida» y «Ni un paso atrás», eslogan de la resistencia antifascista soviética (valga la redundancia).
Desde el pequeño rincón reservado para la prensa, se podía observar cómo los organizadores –ninguno superaba los 25 años de edad– insistían en que la gente volviera a su asiento, tarea imposible mientras continuasen himnos legionarios o Manolo Escobar retumbando en la sala. Por fin irrumpió en la sala el presidente del partido de extrema derecha, Santiago Abascal, lo que propició gritos de «presidente, presidente».
Abascal afirmó que Nafarroa «ha caído en manos de los que nunca habían conseguido poseerla», que son «los nacionalistas, los comunistas y los filoterroristas», por lo que hizo un llamamiento a otras fuerzas políticas a que, por encima de sus diferencias ideológicas, unan sus fuerzas para combatir «el separatismo que se ha adueñado de Navarra».
El líder de Vox señaló que tanto Nafarroa como Araba «siempre han cumplido» frente al separatismo, a pesar de algunos «traidores». Además, explicó que «los españoles que llevaban 40 años sin sentirse representados ahora no están solos». También tuvo palabras contra la lehendakari de Nafarroa, Uxue Barkos, y el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, a los que, entre silbidos, aseguró que «les diremos adiós a partir de mayo».
Siguió censurando con dureza al «frente popular usurpador del Gobierno de la Nación», y consideró que la aparición de Vox está desatando «el miedo de las oligarquías políticas y mediáticas en toda España». Por todo ello, hizo un llamamiento a «llenar Madrid en una gigantesca movilización» este domingo, sin ocultar que el objetivo es echar «al traidor que va a aceptar la independencia de Cataluña» y forzar que el «okupa de La Moncloa convoque elecciones».
Por su parte, el presidente de la Gestora de Vox en Nafarroa, Javier Horno –tras subrayar «somos de derechas, no hay ningún problema»– afirmó que el batua fue «creado en el País Vasco por nacionalistas para que en Navarra nos lo tuviéramos que comer con patatas».
Horno, quien calificó el programa Skolae como «un panfleto comunista», indicó que, como profesor, ha visto varias obras de teatro en el colegio «con blasfemias, lenguaje soez y burlas al clero». A todo esto, alrededor de veinte jóvenes, de los que como dice el periodista Daniel Bernabé «pasan de estar adorando a Hayek en sus clases a volverse un poquito joseantonianos cuando toca», gritaban «Viva Navarra española».
El asalto al poder a través de una involución retrógrada a escala mundial está en marcha. Iruñea fue una estación más.

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