Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Tres idénticos desconocidos»

El increíble experimento de los cuatrillizos separados

Uno de los mayores éxitos que ha conocido hasta la fecha el género documental, propiciado por su lanzamiento en el festival de Sundance con el Premio Especial del Jurado, seguido de una respuesta de público sorprendente en los EEUU. Y es que el caso de los cuatrillizos separados al nacer todavía colea desde que estallara en los años 80, debido a que contiene información reservada que permanece bajo llave en la Universidad de Yale, y que no será desclasificada hasta el año 2066. Lo poco que ha sido revelado a la opinión publica de momento no aporta mucha luz, vacío que justifica la teoría conspirativa formulada por “Tres idénticos desconocidos”.

En principio la película podría parecer una comedia de enredo, al arrancar con el asombroso hallazgo por parte de un estudiante universitario de 18 años de la existencia de otro joven igual que él, supuestamente gemelo, lo que se complica con la aparición de un tercero y la reunión de los trillizos ante los focos de la prensa.

Sin embargo, el director y guionista Tim Wardle transforma el relato en un oscuro thriller de investigación periodística, que se remonta al origen de los chicos a principios de los años 60. La cosa va mucho más lejos, al descubrir que en realidd eran cuatro, pero el cuarto hermano no sobrevivió al parto.

Y llegados a ese punto surge la gran pregunta: ¿Por qué fueron separados al nacer? La respuesta apunta a un experimento científico llevado a cabo por un grupo judío de siquiatría con madres que tenían como común denominador trastornos mentales, y a la que se les explicó que se trataba de hacer un simple seguimiento del desarrollo de los hijos dados en adopción. Pero el estudio pretendía establecer una relación entre la genética y la educación en la conducta humana, motivo por el que cada bebé fue entregado a familias de diferente extracción social y en entornos distantes.