BEGIRADA

Elin Ersson, burocracia penal versus idealismo

Esta estudiante sueca de 21 años removió conciencias con un simple gesto: se negó a sentarse en el avión que deportaba a un inmigrante afgano, impidiendo así su despegue. Fue un alarde de idealismo y dominio tecnológico, que hizo viral su protesta. Luego ha llegado la apisonadora burocrática: el afgano terminó expulsado y a Ersson la han multado ahora con 286 euros por obstruir el vuelo.