Jon ORMAZABAL
Pelota

Altuna y Martija sueltan tensiones con otra victoria

La pareja de Aspe consigue, con su quinto triunfo consecutivo, mantener la inercia ganadora adquirida.

ALTUNA III-MARTIJA 22

BENGOETXEA-IMAZ 18


Dicen que hacer algo de ejercicio es una de las mejores maneras de librar las tensiones acumuladas y, con el billete a semifinales en el bolsillo tras la agónica y trepidante jornada del sábado, Altuna III-Martija se presentaron ayer en el Atano en una situación muy diferente a las vividas durante un Parejas en el que siempre han estado con el agua al cuello. Ante Bengoetxea VI-Imaz, los de Aspe consiguieron su quinta victoria consecutiva, un sprint que les ha llevado a remontar una trayectoria que parecía irreversible, pero el partido de ayer nada tuvo que ver con los disputados durante estos últimos meses.

Y quizá esa distensión dio como resultado un partido extraño, sin esas urgencias a las que nos habíamos acostumbrado en las últimas jornadas, en las que cada tanto podía significar tanto. Sin grandes pegadores y dos artistas en los cuadros alegres, el de ayer podía ser un día de esos para recrearse en los tantos de los dos delanteros, que es verdad que dejaron tantos dignos de cualquier videoteca, pero dentro de un contexto general bastante frío.

Sin sobresaltos

Y mejor así. Porque más allá del calentón final que se llevó la pareja de Aspe para terminar ganando un partido que tuvieron bastante dominado desde muy pronto, hubo su cierta tensión a partir de las molestias que Jokin Altuna notó en su hombro izquierdo. Los de Aspe llegaron al primer descanso con una cómoda renta de seis tantos (12-6), pero el rostro del de Amezketa mostraba cierta incomodidad y el mensaje a Txema Urrutia, médico de la empresa, fue claro –«se me carga»–, mientras se agarraba el hombro izquierdo con su brazo derecho.

Al término del partido, el propio Jokin Altuna restó importancia a esas molestias que, según señaló, ya viene padeciendo en las últimas semanas y de las que se está tratando, apuntó también a un fuerte golpe que se dio durante el partido de ayer con el que se le adormecieron un poco los dedos y, ya fuera por eso, por la prudencia exigible con un reto tan apasionante por delante, o el temor ante cualquier accidente, lo cierto es que a partir de ese momento se vio a un Altuna diferente al del comienzo del partido.

Y es que en ese arranque, sin un zaguero rival que sometiera a Julen Martija, se vio a un Altuna fresco, que movía la pelota con chispa y acertado en el remate, que fue el artífice de que los rojos se escaparan en el marcador, logrando una renta que alcanzó su cota máxima en el 16-7, culminado con una preciosa apertura a contrapié por el delantero de Amezketa.

Sin embargo, a partir de entonces se enfadó con la chapa, también dio la sensación de que sus ganchos perdieron velocidad y Ander Imaz subió sus prestaciones lo que, unido al acierto de Oinatz Bengoetxea, dio como resultado un 8-0 de parcial para que los de Baiko se acercaran a un solo tanto (16-15).

Pero no lograron el que hubiera sido el primer empate de todo el partido tras el inicial y Altuna-Martija consiguieron otro triunfo para no perder la inercia ganadora que han conseguido, lo que los convierten en rivales muy incómodos para todos.