Hace ya ocho años que se puso en marcha Lanbide, un ente público de derecho privado adscrito al Departamento de Empleo y Políticas Sociales de la CAV que tiene como finalidad «contribuir al pleno desarrollo al empleo estable y de calidad». Esa es la meta que, en teoría, deberían perseguir las personas que componen el consejo de administración, formado por cinco cargos del Ejecutivo autonómico, cinco representantes de las organizaciones o confederaciones sindicales «más representativas» –ELA y LAB, las centrales que ostentan la mayoría, no participan–, y otras cinco personas «designadas» por Confebask. Este es el único agente empresarial que participa en el consejo, que tiene entre sus funciones el diseño de planes de empleo y de convenios de colaboración en materia de formación. Cuestiones relevantes en las que no tiene ni voz ni voto el movimiento cooperativo.

EH Bildu ha presentado una proposición no de ley para corregir esta situación. Propone que el Parlamento inste al Gobierno de Lakua a que «proceda con inmediatez a realizar las modificaciones y trámites jurídicos pertinentes para dotar a las cooperativas con arraigo en la comunidad de representación en el consejo de administración de Lanbide». No en vano, tal como se remarca en la exposición de motivos, «la aportación de las cooperativas al tejido económico y social vasco y, en concreto, a la creación y mantenimiento del empleo de calidad es de gran importancia». «El propio Gobierno ha admitido, destacado y puesto en valor esa importante aportación. Y, siendo esto así, resulta altamente llamativo el hecho de que Lanbide, cuya función es precisamente la de garantizar el derecho a un empleo estable y de calidad, deje sin representación a las cooperativas vascas», añade el grupo soberanista en su iniciativa, suscrita por la parlamentaria Nerea Kortajarena.

En declaraciones a GARA, Kortajarena recuerda que la participación en el consejo de administración del Servicio Vasco de Empleo es una reivindicación de las cooperativas, que en los últimos meses han recibido elogios por parte de la consejera de Justicia y Trabajo, María Jesús San José, quien la pasada primavera afirmó que las cooperativas vascas llevan «el compromiso social en las venas». Es más, reconoció que «la economía social es uno de los pilares fundamentales del modelo social europeo y responde al compromiso básico de colocar a las personas en el centro, arraigando las sociedades al territorio, generando y distribuyendo equitativamente la riqueza con empleos de calidad». «¿Si existe ese reconocimiento, por qué no participan en los ámbitos de decisión?», cuestiona la parlamentaria de EH Bildu, que advierte de que se pueden realizar cambios en la configuración del consejo de administración de Lanbide.

«La presión de Confebask»

Cabe recordar que el PNV ya propuso realizar cambios en el consejo de administración para dar cabida a un representante de la Confederación de Cooperativas de la CAV (Konfekoop) en el año 2011, cuando los jeltzales estaban en la oposición. Lo hicieron a través de una enmienda al texto articulado de la proposición de ley sobre Lanbide, una enmienda que no salió adelante por un voto, como apunta el presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo Asociado, Enseñanza, Consumo y Crédito de Euskadi (Erkide), Agustín Mendiola, que ha tenido «infinidad» de reuniones para intentar que las cooperativas estén representadas en el consejo encargado de la toma de decisiones. «Todos nos han reconocido que deberíamos estar, pero nos han ido dando largas, y en el fondo está la presión de Confebask», señala, y remarca que ellos no van a parar «hasta que esto sea una realidad».

«Nosotros estamos en muchos organismos institucionales de carácter representativo, estamos en el CES Vasco, en Osalan, en el Eustat, en Kontsumobide… y nos faltaban tres, uno era el Consejo Escolar del País Vasco, al que por fin hemos conseguido entrar este año, y el consejo de administración de la SPRI, en el que también hemos conseguido estar. Ahora nos falta Lanbide, y para nosotros es fundamental, porque el objetivo final de Lanbide es trabajar para conseguir un empleo estable y de calidad, y creo que las cooperativas ahí tenemos mucho que decir, porque somos empresas en las que las personas son a la vez trabajadores y socios, y la riqueza generada se distribuye entre todos los trabajadores, lo que evidencia una realidad que nada tiene que ver con otras realidades empresariales», explica antes de indicar que el Servicio Vasco de Empleo toma decisiones sobre las empresas de economía social. «Hay una organización que está tomando medidas que nos afectan a nosotros sin contar con nosotros. Y nos gustaría ser dueños de nuestro destino».