A 17 días de que Reino Unido abandone la Unión Europea, los diputados británicos no atendieron a las súplicas de la primera ministra, Theresa May, para que aprobaran el acuerdo sobre el Brexit con el compromiso de última hora negociado con Bruselas, y asestaron otra aplastante derrota al Gobierno después de la que ya sufrió en enero. Westminster rechazó el acuerdo por segunda vez, en esta ocasión por 391 votos frente a los 242 que votaron a favor.

El rechazo dará paso hoy a una nueva votación en la que los diputados deberán decidir si optan por salir de forma no negociada del bloque comunitario. May señaló que el Partido Conservador dará libertad de voto a sus parlamentarios en este asunto. Aseguró que ella no apoyará una salida sin acuerdo, pero que si así lo deciden los parlamentarios, esa se convertirá en «la política del Gobierno».

En caso contrario, mañana podrán votar sobre si quieren una prórroga del Brexit, pero May matizó que esa extensión no resuelve el problema ya que la UE no solo tendrá que dar su visto bueno de forma unánime al aplazamiento, sino que también querrá saber para qué solicita más tiempo el Parlamento, si es para celebrar un nuevo referéndum o si quieren una salida con otro acuerdo. «La Cámara tendrá que responder a esa cuestión», señaló.

La opinión del abogado

75 diputados conservadores rechazaron el acuerdo y solo tres laboristas respaldaron a May.

El abogado del Gobierno británico, Geoffrey Cox, fue el primero en echar un jarro de agua fría sobre el acuerdo de última hora alcanzado por la primera ministra. Cox aseguró que los nuevos textos del Brexit acordados entre Londres y Bruselas «reducen el riesgo» de que Reino Unido permanezca indefinidamente atado a la polémica salvaguarda irlandesa, pero el riesgo legal permanece sin cambios puesto que Reino Unido no tendría medios legales para salir de la salvaguarda sin el visto bueno de la UE.

Esta salvaguarda establece que Reino Unido permanezca en la unión aduanera hasta que se establezca una nueva relación durante un periodo transitorio.

Nuevos textos

El letrado divulgó unas horas antes de la votación los detalles de su asesoramiento –solicitado por los laboristas– relativo a los tres documentos adicionales negociados entre ambas partes, destinados a disipar las dudas sobre la salvaguarda pensada para evitar una frontera fija en el norte de Irlanda. Los nuevos textos acordados son: un «instrumento legalmente vinculante», que deja claro que la salvaguarda no está diseñada para ser permanente, y un suplemento añadido a la Declaración Política por el que Reino Unido y la UE se comprometen a acelerar la negociación sobre su futura relación comercial. El tercero es una «declaración unilateral» de Reino Unido que reafirma su poder soberano para abandonar la salvaguarda si las negociaciones no prosperasen.

Ni los laboristas ni el DUP, el partido unionista norirlandés aliado del Gobierno, vieron «avances suficientes» ni cambios legalmente vinculantes.

Esta vez la primera ministra necesitaba sumar no solo los votos de la DUP sino otros 70 conservadores que en enero no la apoyaron y 36 laboristas. Ni los unionistas ni buena parte de los conservadores se vieron convencidos por la advertencia de que «si este acuerdo no es aprobado, podría no haber Brexit».

Advertencias de la UE

Desde la Comisión Europea, su presidente, Jean-Claude Juncker, había advertido a los Comunes de que era su «segunda oportunidad» para asegurar un divorcio ordenado, pero que «no habrá una tercera oportunidad».

A su vez, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, avisó a los diputados de que «si no hay acuerdo de retirada, no hay transición». El pesimismo de la UE fue ratificado por el vicepresidente de la Comisión, Jyrki Katainen, ante la perspectiva de un Brexit sin acuerdo: «Mantengan sus manos en el volante, miren hacia delante y abróchense el cinturón».

Tras la votación, Bruselas volvió a insistir en que solo habrá un retraso de la fecha del Brexit si Londres presenta «una justificación creíble».

La socialdemocracia europea pide un pacto con Corbyn

El líder de los socialdemócratas en el Parlamento europeo, Udo Bullmann, pidió a la primera ministra británica, Theresa May, que se alíe con los laboristas de Jeremy Corbyn para trabajar juntos en el siguiente paso, después de la previsible derrota en la votación del Parlamento. «El turno hoy (por ayer) es de la Cámara de los Comunes. Si Theresa May es derrotada debería trabajar con los laboristas para forjar una relación de futuro más ambiciosa», afirmó Bullmann.

Asimismo, se sumó a la opción laborista del segundo referéndum y señaló que «si los que abogan por el Brexit de verdad quieren tomar el control, igual es momento de darle a la gente el derecho a decidir». El europarlamentario, que insistió en que el Brexit es «una tragedia», señaló que el peor escenario sigue siendo el de no acuerdo, una opción «catastrófica» que «debe ser evitada».

Tras la votación de ayer, Corbyn volvió a defender una alternativa de Brexit con «una unión aduanera negociada, acceso al mercado único y protección de los derechos», a la vez que reclamó la convocatoria de elecciones.GARA