Aritz INTXUSTA

A JUICIO POR CALCULAR MAL UNA ACCIÓN CONTRA LA PRENSA BASURA

El supuesto tour en Iruñea explotando la violación de La Manada era falso, una acción que pretendió denunciar el tratamiento mediático del caso. Pero resultó tan torpe que su autor hoy se ve inmerso en un brete judicial por «trato vejatorio» de la víctima.

Caímos todos hasta las trancas. La aparición de una web publicitando un tour basado en los sucesos de los sanfermines de 2016 era demasiado aberrante, indignante. Se hablaba de comercializar los tatuajes de “El Prenda”, de conocer el hotel, el portal y demás lugares en los que había sucedido la quíntuple violación. Para colmo, la web apareció coincidiendo con el fallo del Superior que confirmaba la sentencia por «abusos».

El Gobierno navarro y el Ayuntamiento de Iruñea anunciaron investigaciones policiales en busca del autor. Mientras, la página web que había incendiado a los medios permanecía caída, no se podía acceder a ella. Cuando se reabrió, se convirtió en una web de denuncia, en la que se colgaron todos los titulares generados y se criticaba a los medios digitales por tratar de conseguir visitas publicando basura en torno al caso, con titulares particularmente hediondos.

La acción protesta, sin embargo, fue burda. Los medios no dieron por bueno que los tours se celebraban, sino que simplemente la noticia fue que la página existía y que había operaciones policiales en marcha. Y, para colmo, el autor desconocía la regla de oro de las noticias falsas (las fake news) que es que el desmentido tiene mucho menor impacto y recorrido que la noticia original. En el caso de NAIZ, el desmentido se compartió en redes diez veces menos que la noticia. Puede que haya personas que se enteren de que estos tours eran mentira al leer estas líneas.

Para desgracia del autor, el caso ha recaído en el mismo juez que investigó la violación (el que tuvo el acierto de no trasladar a las partes los vídeos de las vejaciones, motivo por el cual no se filtraron, como todo lo demás). En el fondo, en Iruñea no hay muchos jueces. Y al magistrado no le ha hecho gracia la broma. El fiscal cree que no hay delito, pero el juez entiende que la finalidad no impide que el tratamiento hacia la joven dentro de la web falsa resultara vejatorio.

Lo peor de todo es que, en el fondo, el acusado tiene razón. Este medio conoció de la existencia de la web dos días antes de que estallara la polémica. GARA no quiso publicar una exclusiva, pues entendió que era publicidad y morbo. Sí que registró a un redactor para un tour pues unos activistas ya preveían impedir su celebración.