ANADOLU EFES 83

CSKA MOSCÚ 91

Solo por detrás del Real Madrid, el CSKA de Moscú es el equipo con más entorchados de Euroliga, ocho, contando con el que conquistó ayer en Gasteiz, dando un broche de oro a una Final Four algo decepcionante fuera del parqué –razones hay muchas y aquí poco espacio– pero espectacular dentro de la pista. Will Clyburn, pese a sus molestias en un tobillo, fue designado MVP de la finalísima, siendo el más importante freno a un imparable Shane Larkin, autor de 29 tantos de un Anadolu Efes que jamás se rindió.

Clyburn no estuvo solo. De hecho, de otro modo su equipo no hubiera ganado. Cory Higgins también añadió 20 puntos, igual que Clyburn, mientras que Nando De Colo puso su magisterio en los minutos de la verdad, cuando la escuadra otomana, que jugó de local tanto en el marcador como en los ánimos del público, se echaba encima.

En lo que respecta al bando de Ergin Ataman –que tuvo un surrealista final de partido, encarándose a los aficionados de Fenerbahçe que la tomaron con él–, se echó de menos la mejor versión de Micic –y de Moerman–, aunque Krunislav Simon y Bryant Dunston mantuvieron a un cuadro otomano que tuvo siete vidas o quizá más, antes de rendirse a la evidencia.

En cualquier caso, el CSKA de Moscú impuso su ley desde el primer cuarto, cuarto en el que se fue 20-29, llegando a escaparse hasta un 20-34 que parecía casi definitivo. No lo fue, porque Efes se negó a ceder y encontró toda clase de soluciones para seguir en la brecha costara lo que costara, llegando a meter el miedo a los de Itoudis. Pero el club del Ejército Rojo acabó por abrirse pasillo, siendo brillante vencedor de una Final Four de Gasteiz que ya es historia.