Natxo MATXIN
MULTITUDINARIA CELEBRACIÓN DEL ASCENSO ROJILLO

OSASUNA ADELANTA LOS SANFERMINES EN UNA IRUñEA TEñIDA DE COLOR ROJILLO

A FALTA DE MES Y MEDIO PARA EL CHUPINAZO, IRUñEA REALIZÓ UN ENSAYO EN TODA REGLA CON LA CELEBRACIÓN DEL ASCENSO OSASUNISTA. LA CAPITAL SE VISTIÓ DE ROJILLA PARA ABARROTAR LA PLAZA CONSISTORIAL Y LA ZONA COLINDANTE AL PALACIO DE NAFARROA, DEMOSTRANDO QUE NUNCA HA DEJADO DE SER UNA CIUDAD DE PRIMERA.

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Aunque quien más quien menos ayer se personó en su centro de trabajo ataviado con la elástica rojilla, el hecho de que el festejo por el ascenso se tuviera que celebrar un día de labor generó ciertas dudas sobre cuál sería el desarrollo de la fiesta. Nada más lejos de la realidad. Los malos tiempos fortalecieron la conexión entre equipo y grada, y ese nexo ya indisoluble tenía que hacerse todavía más palpable en una ocasión como esta, a la que contribuyó una temperatura primaveral.

Después de una noche de dura fiesta –las voces de algunos protagonistas dieron fe de ello–, a la comitiva rojilla le tocaba participar en sendas recepciones oficiales pero, sobre todo, recibir el cariño de la gente. Esos fieles seguidores, como reza la canción, que han estado a las duras y a las maduras, y que, tres años después, no querían perderse la oportunidad de acompañar a sus ídolos en un momento de gran alegría por el regreso a la máxima categoría.

Con solo diez minutos de retraso –un retardo aceptable para este tipo de eventos–, se plantó el autobús rojillo en las inmediaciones del Palacio de Nafarroa, primera de las visitas obligadas en una jornada intensa. Prácticamente, el Ejecutivo foral al completo, amén de la presidenta del Parlamento de Nafarroa y el presidente de la Federación Navarra de Fútbol, reci- bieron a la expedición osasunista en la Sala del Trono.

Fue la presidenta, Uxue Barkos, quien hizo las veces de cicerone para reconocer que era «todo un placer recibiros en esta vuestra casa», tras un »merecido ascenso». La máxima dirigente navarra resaltó el «compromiso, dedicación y esfuerzo» llevado a cabo por la plantilla y el cuerpo técnico para llevar al club de nuevo a Primera División. «Habéis sido un mecanismo engrasado como un reloj, con un espíritu de superación y empuje que han dado lugar a remontadas que nos han quitado el resuello y nos han puesto el corazón en un puño», admitió Barkos.

No faltaron palabras de elogio hacia Jagoba Arrasate –una constante en el día de ayer–, pues «has encajado como un guante en la idiosincrasia de Osasuna, creando un equipo ganador», Oier, «por saber transmitir nuestros valores» y la afición, «al llevar en volandas al equipo». «Osasuna es un elemento de cohesión social y un sentimiento de orgullo para todas las navarras y navarros», concluyó la presidenta.

Correspondió por parte de la entidad rojilla su presidente, Luis Sabalza, quien además de agradecer la invitación del Gobierno de Nafarroa, aprovechó la ocasión para recordar «el apoyo de nuestra gente (se arrancaron los aplausos en el exterior) para que el club no cayese en el pozo y convertir El Sadar en algo mágico».

Desde la humildad

«Hemos sabido sobreponernos a todas las adversidades, pues Osasuna regresa al sitio que le corresponde por historia y afición. La próxima temporada no será fácil, pero desde la humildad que no debemos perder, nada hay más grande que lo que somos y sentimos. Y como dice la canción, este equipo nunca va a morir», finalizó.

El capitán rojillo, Oier, fue bastante más breve, entre otras cosas por el tono ronco de su voz, que le permitió, al menos, agradecer el apoyo de la hinchada y subrayar que «como el roble montañés y el vino de la Ribera, Osasuna es de Primera». Tras la foto de familia de rigor y el preceptivo intercambio de regalos, plantilla y cuerpo técnico se asomaron a los balcones de Palacio para recibir el calor del gentío que se agolpaba enfrente de la Estatua de los Fueros.

Algún que otro jugador también quiso llevarse su recuerdo en forma de instantánea sentado en el trono –con ligero reproche de los responsables de protocolo–, como fue el caso de un Rubén García que, al menos por apellido, tenía derecho a la imagen. Poco después, confesó a GARA que «este ha sido el año más importante de mi carrera» y reiteró que «no depende de mí» continuar como rojillo, aunque dejó la clara pincelada de que el Levante, propietario de sus derechos deportivos, «es el club de mi tierra y de cuya cantera he salido». Más claro, blanco y en botella.

También Arrasate se mostró «desbordado» por las muestras de cariño recibidas, se declaró orgulloso «por hacer feliz a tanta gente» y reconoció haber salido «un tanto desatado» en algunas fotografías, para lo que suele ser su carácter sosegado, «pero he querido darle rienda suelta a diez meses de tensión». Todavía tendría preparada una sorpresa para la Plaza Consistorial iruindarra.

Y es que ese fue el siguiente destino de la caranava rojilla, un Ayuntamiento que parecía el mismísimo 6 de julio. Ya con una demora bastante más sensible con respecto al horario previsto, el autocar osasunista aparcó en las inmediaciones del Consistorio casi cuando las manecillas del reloj daban las 19.30. La Corporación, encabezada por su alcalde, Joseba Asiron, rojillo confeso y practicante, recibió al grupo formado por plantilla, cuerpo técnico y junta directiva, poco después de que este accediese por un estrecho cordón, rodeado de una ingente multitud de seguidores.

Aquí también hubo los discursos de rigor, donde el primer edil –no han sido pocos los memes que han recordado en estas horas que, con Asiron, Osasuna es de Primera División– puso especial énfasis en «la ilusión que nos habéis transmitido en El Sadar cada quince días» y en las numerosas remontadas protagonizadas por la escuadra navarra, «viviendo sin preocupación el hecho de que el rival se adelantara, pues todos hemos confiado en que esto Jagoba ya lo arreglará», desatando las risas de los presentes.

Arrasate, bertsolari

Sabalza correspondió recordando que «hace solo unos días estábamos aquí con el equipo femenino y dijimos que íbamos a regresar en muy poco tiempo». «El extraordinario rendimiento del equipo lo ha hecho posible –continuó–, siendo el mejor conjunto de la categoría con rotundidad». Tampoco faltó su momento emotivo, muy habitual en el presidente rojillo, al retrotraerse en el tiempo «cuando hace solo cuatro años únicamente salíamos en los medios para hablar en las puertas de los juzgados».

El plato fuerte estaba por llegar. La salida de la plantilla al balcón consistorial llegó a los niveles de decibelios del momento previo al encendido de la mecha del chupinazo y el punto álgido lo puso Arrasate con un emotivo bertso de sentido reconocimiento al papel de la afición esta campaña. Después, el speaker de Osasuna, Edu Díaz, todo un fenómeno, fue haciendo una particular presentación de cada uno de los jugadores, donde casi todos tomaron el micrófono para dirigirse a sus incondicionales.