La Justicia de EEUU ha endurecido los cargos contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, para imputarle no sólo pirateo informático sino otros 17 delitos, entre ellos espionaje y revelación de secretos oficiales, por la publicación de información clasificada en cooperación con la exanalista de Inteligencia del Pentágono Chelsea Manning.

Los nuevos cargos, que se suman al de conspirar para piratear los ordenadores del Pentágono, fueron presentados el jueves por un gran jurado del estado de Virginia y podrían suponerle una condena de hasta 170 años, según “The Washington Post”.

La Fiscalía sostiene que Assange pudo cometer un acto de espionaje al colaborar con agentes de Inteligencia para obtener y distribuir información secreta, lo que su defensa justifica por su labor periodística.

En abril, la Fiscalía ya presentó cargos contra Assange por conspirar con Chelsea Manning, que en 2010 filtró a WikiLeaks más de 700.000 documentos clasificados, para intentar descifrar las claves de acceso de equipos del Gobierno con los que acceder a dicha información para dificultar su posible identificación. Por esta primera acusación se enfrenta a una posible pena de cinco años de cárcel.

La imputación por difundir material secreto abrió un debate sobre la libertad de prensa. «Es una locura», reaccionó WikiLeaks. «Es el final del periodismo en temas de seguridad nacional y el final de la Primera Enmienda» de la Constitución de EEUU que garantiza la libertad de expresión, agregó. Denunció «un ataque sin precedentes a la prensa libre mundial» y una «aplicación extraterritorial del deber estadounidense», ya que «los presuntos delitos se cometieron fuera de EEUU».

Para Reporteros sin Fronteras, esta acusación «plantea una amenaza directa a la libertad de prensa y al periodismo de investigación».

John Demers, fiscal general adjunto de Seguridad Nacional, respondió que su departamento «se toma en serio el papel de los periodistas en nuestra democracia, pero Julian Assange no es un periodista. Ningún periodista responsable publicaría a sabiendas los nombres de fuentes confidenciales en zonas de guerra, sabiendo que los expondría al mayor peligro», dijo.

Assange fue detenido el 11 de abril en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió en junio de 2012 para evitar que su extradición a Suecia, por dos denuncias de agresión sexual, y desde donde temía ser enviado a EEUU por filtrar miles de documentos clasificados sobre las guerras en Irak y Afganistán.

Rafael Correa le concedió el asilo diplomático, al que su sucesor, Lenín Moreno, puso fin. Se encuentra en poder de la Justicia británica, a la espera de ser extraditado a EEUU o a Suecia.

Lenín Moreno, dos años de giro a la derecha

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, cumplió ayer dos años de un mandato marcado por un giro a la derecha y en cuyo primer año destacó la consulta popular, la ruptura con su predecesor, Rafael Correa, el impulso de sus proyectos sociales enmarcados en el Plan Toda una Vida y un cambio radical en la política exterior escenificado por su alineamiento a EEUU.

Su segunda año se ha caracterizado por su acercamiento a organismos financieros como el FMI y en Banco Mundial, la retirada del asilo diplomático a Julian Assange, la consolidación de la relación con EEUU, la retirada de la Unasur y un escándalo de corrupción por la adquisición de bienes con varias empresas «offshore» que salpica a Moreno y a su familia.

Seguidores de Revolución Ciudadana, el partido de Correa, protestaron contra sus políticas por generar «paro, inseguridad, encarecimiento de combustibles y servicios básicos, retroceso en derechos, reducción del gasto social, desinstitucionalización del Estado, corrupción, precarización laboral y persecución política».GARA