Ingo NIEBEL
COLONIA

La presidencia colegiada del SPD evidencia su falta de estrategia

Tras la dimisión relámpago de su presidenta y jefa del grupo parlamentario, Andrea Nahles, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) revive la crisis en la que decidió entrar en la Gran Coalición de Angela Merkel (CDU) en 2018. Si no quiere desaparecer como su socio francés, hará falta algo más que solo cambiar la cúpula.

«Que les vaya bien». Con estas palabras la ahora expresidenta del SPD Andrea Nahles se despidió ayer de su partido y de los medios de comunicación al concluir su última rueda de prensa. Hoy dejará también de liderar el grupo parlamentario en el Bundestag. Incluso se retirará de la vida política, entregando su acta.

Al final no pudo con aquellos camaradas suyos que desde la doble debacle en las elecciones europeas y en las regionales de Bremen disparaban contra ella al tiempo que rehuían tomar las riendas. Hoy Nahles pensaba enfrentarse a sus adversarios adelantando las elecciones a la presidencia del grupo parlamentario. Su ataque no funcionó. Por eso su dimisión no sorprendió, solo el momento.

Después de algo más de un año en el cargo, Nahles tuvo que asumir un serie de debacles electorales, las últimas los comicios regionales de Bremen y los europeos. Estos le trajeron un nuevo hito negativo, ubicando al SPD en el 15% por detrás de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y de los Verdes ecologistas. Un actual sondeo le augura el 12%, mientras que los ecologistas superan por vez a la CDU a nivel nacional.

Ayer el SPD decidió que tres de sus barones lo dirijan provisionalmente. Las riendas las tomarán las ministro-presidentas de Mecklenburgo-Antepomerania y Renania del Palatinado, Manuela Schwesig y Malu Dreyer, respectivamente.

Ambas deben paliar el trato discriminatorio que recibió Nahles por parte de algunos de sus correligionarios masculinos. El tercero es el jefe del SPD de Hesse y líder de oposición, Thorsten Schäfer-Gümbel.

Dado que para otoño se avecinan otras tres desastrosas elecciones regionales en el este alemán, nadie quiere asumir el mando del SPD. «Una oferta de trabajo de mierda» tituló el diario “die tageszeitung” (taz), cercano a los Verdes, al respecto.

El ministro de Hacienda Olaf Scholz, descarta ser el futuro presidente aludiendo a que el puesto es incompatible con su actual cargo. Desde las bases del SPD se exige debatir el futuro del partido, su reorientación y la continuación en la GroKo (gran coalición). Tendrán que hablar más sobre valores, menos de caras: el centenario partido ha de explicar por y para qué hay que votarlo.

Si el SPD deja el Gobierno, no habrá automáticamente elecciones anticipadas. Por imperativo constitucional, la canciller gobernaría, quizás en minoría, hasta 2021. Solo si perdiera una moción de confianza, podría pedir al presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, que convocara comicios. Otro escenario requiere la dimisión de Merkel y que la o el sucesor que Steinmeier tendría que proponer al Bundestag, solo fuera votado con mayoría simple. Entonces sí podría adelantar las generales.

 

La jefa de la CDU podría correr la misma suerte que Nahles

La líder de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer –apodada AKK por su partido–, pasa por una situación parecida que su ex homóloga del SPD, Andrea Nahles, a pesar de que suma 10 puntos más en las encuestas. Sin embargo, su estrella está bajando.

Por un lado está el resultado de las elecciones europeas, marcado por una pérdida de 5 puntos. Pero en un reciente sondeo, ya no repetiría ese 28%, sino que se quedaría en el 26%, un punto por detrás de los Verdes ecologistas, que serían la nueva primera fuerza política.

Igual de pesimista se augura el futuro de la CDU en los tres estados federales del este alemán, Brandenburgo, Sajonia y Turingia, donde tendrá que luchar con la ultraderechista AfD por el primer puesto.

Por otro lado, AKK ha mostrado ciertas deficiencias en materia de comunicación que explican la reciente pérdida de simpatías. En diarios conservadores, como el “Frankfurter Allegmeine Zeitung” o el sensacionalista “Bild”, se nota ahora una tendencia crítica con ella que podría allanarle el camino a su rival, Friedrich Merz, actualmente en «stand-by». No obstante, en una entrevista aseguró: «La CDU puede volver a obtener el 40%» de los votos.

Su reaparición reaviva la rivalidad entre AKK y Merkel, y hace renacer al ala derecha, que podría estar dispuesta a colaborar con la AfD en el este alemán para asegurarse el poder ejecutivo.I.N.