El jeltzale Juan Mari Aburto renovó ayer su cargo como alcalde de Bilbo tras recibir el voto de 19 de los 29 concejales. Volverá a gobernar el Botxo en coalición con el PSE, tras una intensa negociación que se prolongó prácticamente hasta la víspera del pleno. El primer edil quería mantener el respaldo de sus socios, pero la mayor «dificultad» era encajar al conjunto de los corporativos en el organigrama, para lo que han creado dos nuevas áreas hasta alcanzar 17.

Por su parte, los 4 ediles de EH Bildu votaron en blanco, los 3 de Elkarrekin Podemos apoyaron a su candidata, Ana Viñals, y los 3 del PP dieron sus votos a su candidata Raquel González.

«Alcalde de todos»

En un pleno donde casi todo estaba dicho de antemano, fue Jone Goirizelaia, edil de EH Bildu y que ejercerá de cabeza de la oposición durante los próximos cuatro años, la encargada de entregar la makila al alcalde, como concejal de mayor edad.

En su primera intervención de esta segunda legislatura, Aburto se comprometió a ser el regidor «de toda la ciudadanía y de todos los barrios de Bilbao, los 365 días del año y las 24 horas del día».

«En este primer día de mandato, quiero volver a reivindicar el papel de la política y de los políticos, de la buena política, la que se hace gestionando con rigor, con transparencia, con absoluta dedicación por el bien general y con la responsabilidad de que se gobierna para intentar solventar las necesidades de las personas de Bilbao y también de ayudar a cumplir sus deseos, sus proyectos vitales y profesionales», señaló.

En este sentido, manifestó que los grupos municipales de PNV y PSE «comienzan a dar los primeros pasos, a la vez que dan respuesta a lo que les pide la mayoría de la sociedad bilbaina, un gobierno que transmita estabilidad, responsabilidad, confianza, lealtad y compromiso, y que tenga claro sus proyectos de mejora de la ciudad y, a la vez, esté siempre abierto a escuchar a la ciudadanía para saber adaptarse».

«Tendremos que trabajar duro para responder a los retos que nos pone frente a los ojos la sociedad», apuntó, entre los que citó reducir el paro, la convivencia y cohesión social, y la igualdad. «Los acuerdos entre diferentes son el camino que nos pide la sociedad vasca para avanzar y desde hoy vuelvo a tender la mano a todos aquellos grupos políticos que quieran dialogar, negociar y acordar para ensanchar los acuerdos de los que ya nos hemos dotado», añadió el primer edil.

El nuevo Gobierno de la villa está presidido por el alcalde Juan Mari Aburto, con tres tenencias de alcaldía, que recaen en Gotzone Sagardui (primera teniente de alcalde), Alfonso Gil (segundo teniente de alcalde) y Nekane Alonso (tercera teniente de alcalde). Asimismo, el nuevo Gobierno municipal consta de 17 áreas organizadas en torno a seis ejes de coordinación.

Respuesta a la oposición

Jone Goirizelaia, de EH Bildu, señaló que su grupo «viene a trabajar por y para toda la gente de Bilbao», con la premisa de que «hacemos lo que decimos y hablamos siempre muy claro». «Ahora toca hacer el Bilbao de la gente, toca cuidar y defender a toda la gente de Bilbao», afirmó, para agregar que «lo que necesitan los ciudadanos se tiene que decidir dentro de este Ayuntamiento».

Ana Viñals, de Elkarrekin Podemos, afirmó que «no hay excusa para negar la palabra y el diálogo», y advirtió de que, «entre el pacto y el diálogo están los acuerdos prácticos a favor de la ciudadanía». Por ello, instó al Gobierno municipal a «no silenciar otras formas de entender la vida bilbaina».

Por último, Raquel González, del PP, destacó que su formación sigue creyendo que «hay que tener mano firme con la delincuencia, que los barrios son lo más importante, que nuestros mayores se merecen una atención especial y necesitan una concejalía para ellos solos, y que es necesario crear empleo». «Nosotros somos los únicos garantes de que la Alcaldía sea para todos los bilbainos, y no solo de nacionalistas», manifestó.